Una oferta turística de aventura se ha puesto de moda recientemente en el centro de La Paz (Bolivia), donde la empresa Urban Rush propone a los viajeros descender por las paredes de un edificio de 17 pisos.
"Creo que estamos loco", dice la israelí Shir Cohen antes de bajar 50 metros, los últimos 20 en caída libre, en lo que se conoce como rap-jumping, un deporte extremo que en la capital boliviana se practica a 3.600 metros sobre el nivel del mar y con vista de calles coloniales y nevados.
"Es lo más extremo que he hecho, estoy muy nerviosa", añade Cohen al llegar a tierra. "He hecho paracaidismo y bungee, pero esto fue muy divertido, mi corazón está latiendo muy fuerte", cuenta luego de un descenso boca abajo en 2,5 minutos, sujetada a una cuerda. El negocio lo montó el estadounidense Derren Patterson, de 27 años. "El rapel es el descenso, sentado, pero el rap-jumping es de frente, el cuerpo debe estar en posición horizontal, boca abajo", explica.
