Se trata de una alianza con las mismas características que firmó Latam con American Airlines y que actualmente está siendo estudiada por el Departamento de Transporte de Estados Unidos (DOT).
A la espera de que el Tribunal de Defensa de la Libre Competencia (TDCL) apruebe o rechace el Joint Business Agreement (acuerdo comercial) entre Latam, American, British e Iberia en Chile; en otros países este tema está igual de vigente.
Latam no sólo requiere que la autoridad antimonopolios de Chile y Brasil aprueben en JBA, también debe dar su visto bueno Estados Unidos.
Este fin de semana el vicepresidente de Alianzas de American Airlines, Joe Mohan, en entrevista con «El Mercurio», señaló que había una campaña de desinformación en torno al tema y que contaban con alianzas similares aprobadas con el holding IAG para operar las rutas del Atlántico; con Japan Airlines para Asia; y también tiene un convenio comercial con la australiana Qantas, con la que operan vuelos en Oceanía. Recalcó que todos habían sido aprobados por el Departamento de Transporte de Estados Unidos (DOT).
Sin embargo, la aerolínea este fin de semana sufrió un revés, dado que el DOT negó provisionalmente la inmunidad antimonopolio (AIT) a American Airlines y Qantas Airways, compañías que pretendían fortalecer su relación a través de un acuerdo similar al que espera concretar la aerolínea chileno-brasileña.
A mediados de 2015, Qantas y American presentaron ante el DOT una solicitud de alianza que les permitiría volar más entre Australia/Nueva Zelanda (Australasia) y Estados Unidos, conectándose a una red de destinos en ambos extremos con lo que ambas líneas aéreas podrían abrir puertas hacia nuevos mercados.
Sin embargo, el viernes recién pasado, el DOT emitió una orden para negar la solicitud de las aerolíneas de expandir su alianza, ya que de esta podría generar una concentración injusta del poder de mercado.
De haber aprobado el acuerdo, Qantas y American controlarían alrededor del 60% del tráfico entre Estados Unidos y Australia, argumentó el DOT en su decisión, señalando que los consumidores tendrían pocas opciones competitivas debido a que los mercados de los Estados Unidos y Australasia no están bien servidos por rutas alternativas.
En resumen, el Departamento concluyó provisionalmente que la propuesta alianza reduciría sustancialmente la competencia y la elección del consumidor, sin producir suficientes beneficios públicos compensatorios…