INDUSTRIA AERONÁUTICA

Aerolínea Viva Colombia ha movilizado a más de un millón de pasajeros

William Shaw, vicepresidente comercial de Viva Colombia, hace un balance del primer año de la única aerolínea de bajo costo en el país. Cuenta la historia de cómo nació este proyecto empresarial.

 

Era una apuesta arriesgada: reducir al mínimo el peso de equipaje permitido por pasajero, acostumbrar al usuario a pagar por consumir alimentos y bebidas dentro del avión e incluso a que en los vuelos no hay sillas numeradas; todo para ofrecer tiquetes aéreos a menos de $50.000. La apuesta la hizo Viva Colombia, la primera aerolínea de bajo costo en el país y, hasta ahora, parace que va ganando.

El mes pasado completó su primer año de operaciones. Movilizó cerca de 1.200.000 pasajeros y cubre, desde Medellín, 12 rutas a las principales ciudades del país. Aún se presentan demoras en los vuelos, pero William Shaw, vicepresidente comercial de la aerolínea, es optimista frente al futuro de la primera aerolínea de bajo costo Colombia.

¿Cómo un proyecto de posgrado acaba convirtiéndose en la primera aerolínea de bajo costo en el país?
Un día le comenté a un gran amigo, Juan Emilio Posada, que en la universidad de Stanford, donde adelantaba un posgrado, me pedían un proyecto de emprendimiento y no sabía qué hacer. Él recomendó que pensara en la posibilidad de una aerolínea en el área andina; a mí me sonó la idea y comencé a pensar en opciones. Así, mi tesis de grado de la maestría se convirtió en la viabilidad en Colombia de una aerolínea de bajo costo. Encontré que nuestro país era el tercer mercado más grande en América Latina en viajes domésticos, después de Brasil y de México.

¿Por qué Colombia demoró tanto en entrar a este mercado?
Es que es un negocio muy costoso, pero también con muchas posibilidades. Colombia no tenía una aerolínea de bajo costo, mientras en Europa el 52% de las personas que viaja en avión lo hace por este medio. En América Latina ese mercado llega al 5 %, pero está en pleno crecimiento. Adicional a eso, la creciente pero muy deficiente infraestructura vial de Colombia, su topografía y el hecho de que un recorrido en auto, de una ciudad a otra, tome entre diez y quince horas, lo hace ideal para una aerolínea de bajo costo que lo pueda transportar en 30 minutos.

Siendo tan costoso, ¿cómo despega finalmente Viva Colombia?
Pues teniendo en cuenta esas grandes posibilidades, nos sentamos Juan Emilio Posada, Fred Jacobsen y yo y vimos que definitivamente era un proyecto que valía la pena realizar. Empezamos a buscar inversionistas. En esa búsqueda llegamos a los mejores socios potenciales que se pudieran tener, después de pasar por una pequeña ronda de familiares y amigos a los que les pudiera interesar el tema y de inversionistas institucionales grandes. Hasta que dimos con el Grupo Bolí­var y el grupo Ryan, propietario de Ryanair, Tiger Airway y Viva Airbus de México.

Hace un par de años atrás, en Colombia se creía que volar en avión era un lujo, ¿cómo está en este momento el mercado de la aviación en el país?
Empezamos el 5 de mayo del 2012 con $54.000 como tarifa más barata, incluyendo impuestos y tasas aeroportuarias. Hoy es de $39.990. Así que, sin duda, somos la opción más económica. En todo este tiempo, en nuestro ADN permanece la idea de cómo podemos hacer volar aún más barato a la gente. Antes de Viva Colombia, al usuario le cobraban $300.000 por un pasaje y eso incluía llevar dos maletas de equipaje, tomarse un jugo o un café abordo, acumular millaje o tener una sala VIP. Y use uno eso o no, lo está pagando. Entonces, lo que nosotros planteamos es pagar por lo que realmente quiera usar. Por ejemplo, si no lleva más de 20 libras de peso, no le cobramos peso adicional. No todo el mundo quiere millaje, que es un descuento a futuro, quiere el descuento ya, y eso es lo que nosotros le damos.

¿Qué balance hacen después de un año de operación de Viva Colombia ?
Es una cifra que ha superado nuestras expectativas. En el primer año calculábamos movilizar un millón de personas, y llegamos a 1.184.000. Cada día movilizamos entre cinco y seis mil. Así que el balance no puede ser mejor.

Antes de la entrada de Viva Colombia, se estimaba que menos de un 6 % de los colombianos usaba transporte aéreo, ¿qué tanto ha cambiado el mercado?
Hoy esa cifra llega al 27 %. Lo bonito es que entre un 5 % y un 10 % de la gente que viaja en Viva Colombia lo ha hecho por primera vez.

De las 32 rutas que Viva Colombia tiene autorizadas, ¿cuántas están operando actualmente?
Tenemos 12 rutas que vuelan a Medellín, Cali, Santa Marta, Bogotá, Cartagena y San Andrés.

¿Cómo se ha beneficiado el pasajero caleño?
Tenemos dos vuelos diarios Cali-Bogotá: uno bien temprano en la mañana y otro al caer la tarde. Buena parte de nuestro mercado es la gente que viaja a sacar sus visas en un mismo día porque para esa diligencia no necesitas equipaje. Cali-Medellín, dos vuelos también. Cuatro veces a la semana vuelos directos a Santa Marta y cuatro también a Cartagena.

Se han presentando fallas en la operación como el pasado 13 de abril, cuando 300 pasajeros estuvieron esperando por un avión cerca de seis horas…
Suceden episodios como ese, pero tenemos una puntualidad del 87 %. No obstante, se presentan situaciones por cierres meteorológicos de ciertos aeropuertos que causan demoras en la operación. Estamos claros que seis horas es demasiado tiempo y que no puede volver a ocurrir.

Una de las quejas es que cuando se anuncian tiquetes en promoción no es fácil conseguirlos. ¿Qué debe hacer la gente para aprovechar estos descuentos?
Lo que pasa es que el colombiano no suele programar con tiempo sus viajes. Entonces, si hoy es jueves y tu llamas para conseguir pasaje para el domingo siguiente, obviamente no vas a conseguir las tarifas más bajas. Lo ideal es entrar a nuestra página y mirar las tarifas del mes o los meses siguientes y les puedo garantizar que encontrará muchísimas opciones de vuelos a bajo costo. Hay que entender que el modelo de volar a bajo costo es nuevo en Colombia, así que todo este año de implementación la gente ha ido aprendiendo sus beneficios. Por ejemplo, que es más barato volar un martes que un viernes previo a un puente festivo.

No es fácil acostumbrarse a la idea de pagar por consumir productos dentro de un avión ¿cómo les ha ido con esa apuesta?
Muy bien. Porque hemos ido más allá de lo que normalmente se ofrece en los vuelos. Por ejemplo, pensamos en la mamá que por salir de prisa con su bebé se olvidó de la compota. En el vuelo de Viva Colombia la puede conseguir. Igual, si se quiere fruta fresca en la mañana o una cerveza bien fría en un vuelo de viernes en la tarde. Hoy el 14 % de nuestros ingresos proviene de los productos extras que vendemos.

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