El mundo se dirige a un calentamiento de al menos tres grados si no se reducen las emisiones en 7.6% cada año entre 2020 y 2030. Tan sólo el año pasado, las emisiones de gases de efecto invernadero registraron un récord con 55.3 gigatoneladas de dióxido de carbono, de acuerdo con la Organización de Naciones Unidas (ONU).
Ante este escenario, gobiernos y empresas de todos los sectores han puesto en marcha diferentes estrategias y planes para reducir el impacto al medio ambiente.
La industria aeronáutica, a través de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) creó CORSIA, un esquema de compensación y reducción de emisiones de carbono en la aviación internacional que busca neutralizar el incremento de CO2; cuya entrada en vigor fue el 1 de enero de 2019.
Distintas aerolíneas han integrado dicha iniciativa a sus operaciones. En el caso de México, Aeroméxico mantiene su compromiso con estrategias alineadas. Recientemente, en colaboración con la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés) realizó un taller donde compartió buenas prácticas sustentables.
Las acciones en México
La implementación de mediadas pro ambientales en el sector aéreo no es un tema nuevo que se pone sobre la mesa. Por ejemplo, hace casi 10 años, Aeroméxico integró vuelos verdes a sus operaciones.
En agosto de 2011, la aerolínea se convirtió en la primera firma que operó un vuelo transcontinental en la ruta México-Madrid con biocombustible.
El Boeing B777-200ER con motores General Electric utilizó 70% de combustible y 30% de biocombustible. Además, la comida a bordo era orgánica y los utensilios eran biodegradables.
Además, a través de su programa Vuela Verde, invita a sus pasajeros y colaboradores a participar en la mitigación de emisiones durante cada vuelo…