Tras la decisión de nacionalizar Alitalia, el gobierno Italiano ha tomado todas las medidas necesarias para la transferencia de todos los activos a la nueva sociedad controlante, separándola de la Compagnia Aerea Italiana S.p.A., que siguió los pasos de la extinta Linee Aeree Italiane a partir de 2009.
La semana pasada Stefano Patuanelli, Ministro de Desarrollo Económico de Italia, reveló algunos detalles más sobre la operación: «Se han publicado rumores en algunos periódicos sobre el tamaño futuro de Alitalia. Esos rumores insinúan la nueva Alitalia será un operador muy pequeño, pero eso no es correcto. Estamos planeando operar aproximadamente 90 aviones de los 113 que formaban parte de la flota a principios de año«.
Patuanelli confirmó que la mayoría de los aviones serán incorporados mediante leasing y que solo nueve de ellos serán de propiedad de la compañía. Actualmente, hay dos Airbus A330-200 y un Boeing 777-300ER, que serán desprogramados del servicio activo. Aún así, la empresa apunta a crecer fuertemente en la oferta long-haul: «en este momento los administradores especiales planean rediseñar la flota para tener al menos el 30 por ciento de los aviones de larga distancia», dijo el ministro.
Los contratos de leasing existentes se están transfiriendo a la nueva compañía. La administración está buscando diferir los pagos hasta mayo de 2021 y, si fuera posible, renegociar los cánones, muy superiores al promedio del mercado. Un informe del periódico italiano Corriere della Sera reveló que Alitalia estaba pagando entre un 40 y un 60 por ciento más por sus aviones de corto y largo alcance, probablemente debido a su pobre desempeño financiero durante la última década.
Por otro lado, se confirmó que la nueva Alitalia abandonará SkyTeam el próximo 21 de mayo y escuchará propuestas para unirse a otra alianza. Hasta la nacionalización, Alitalia tenía fuertes restricciones para la operación de nuevas rutas en el corredor del Atlántico Norte por sus compañeros miembros de SkyTeam, especialmente Air France-KLM y Delta. Pero el joint venture con estas dos compañías le aseguraba a la aerolínea un porcentaje de los ingresos de los pasajes emitidos en Italia, independientemente de la aerolínea emisora u operadora.
Con esta movida, Alitalia renuncia a ese ingreso pero recupera la capacidad de ajustar dinámicamente su oferta en el mercado del corredor más codiciado de la aviación mundial. Esa libertad, como la de unirse a otra alianza o formar un nuevo joint venture en condiciones más amigables…
