AEROLÍNEAS

La aerolínea Transavia propone cinco destinos muy coloridos para este verano

Este verano se vive la vida en rosa. Y en verde, en naranja, en amarillo, en violeta… El colorido sin complejos está de moda para vivir un verano vibrante. Transavia, la aerolínea de bajo coste del grupo Air France-KLM, con vuelos a Francia, a Países Bajos y a Bélgica desde España, se suma a esta tendencia y propone cinco planes llenos de color en estos países que llenarán de energía positiva al viajero.

Rosa. Lyon (Francia). Se dice que el rosa tiene un efecto calmante e influye en los sentimientos convirtiéndolos en amables, suaves y profundos, así que es posible que mientras se visita Lyon se vivan esas sensaciones gracias a algunas de sus especialidades gastronómicas. Los pralinés rosas, una delicia dulce única y típica de Lyon, y saucisson, una salchicha también original de la ciudad francesa y de tono rosado, permitirán al viajero “degustar” este color y deleitar sus paladares con buenas vibraciones.

Verde. Ámsterdam (Países Bajos). El verde es el color de los que sienten una fuerte necesidad de amar y ser amados. No está claro si esa manera de sentir es típica de los habitantes de Ámsterdam, pero lo cierto es que en la colorida capital holandesa destaca el verde de manera especial en multitud de esquinas: casas de madera de un intenso tono esmeralda; jardines verticales que se elevan en un sinnúmero de edificios modernos; el original hotel Inntel Zaandam, en cuya fachada predomina este tono; pobladas arboledas y cuidadas praderas, como la que se encuentra frente a la sala de conciertos Royal Concertgebouw… La lista de rincones de color verde es incontable y sin duda procurará al visitante la sensación de sentirse acogido.

Naranja. Nantes (Francia). El naranja aporta espíritu de independencia y confianza en uno mismo, es el color de la energía constructiva y de la creatividad. Quizás por eso lo eligieron los diseñadores del Gran Elefante de la isla fluvial localizada en el cauce del río Loira, que se une al resto de la ciudad de Nantes por varios puentes. Esta fabulosa máquina es una suerte de vehículo naranja de 12 metros de altura y 48 toneladas de acero y madera, con espacio para 50 pasajeros, que cada mañana parte del hangar donde se guarda en dirección al Carrusel de los Mundos Marinos, en un trayecto que dura algo menos de media hora. Sin duda, un proyecto que parece surgido de la imaginación del más universal de los nanteses: Julio Verne…

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