Como consecuencia de un retraso en el calendario de vacunación y de la incertidumbre en lo que respecta a la apertura de fronteras, Qantas Group anuncia una nueva postergación en el reinicio de sus vuelos internacionales. Por su parte, Virgin Australia solicita al Gobierno de Australia cumplir con los plazos de apertura enfatizando que los países deben aprender a convivir con el virus del COVID-19.
En los últimos días, el Gobierno de Australia manifiesta la posibilidad de que la apertura significativa de las fronteras no ocurra hasta bien entrado 2022, lo que entrega un escenario de completa incertidumbre para la industria aérea y de los viajes que está solicitando con más fuerza el término del confinamiento del país. Por el momento, la única excepción de viajes internacionales es la burbuja con Nueva Zelanda y los vuelos de repatriación que se puedan dar durante los próximos meses.
Ante esta situación, Qantas y Jetstar posponen hasta diciembre el reinicio de todos los vuelos internacionales. Se trata de la segunda revisión después de que en febrero la compañía determinara retrasar en cuatro meses la recuperación de las rutas internacionales, a excepción de tres destinos que no volverán a abrir (Nueva York, Osaka y Santiago de Chile). De esta manera, la operación queda dependiente casi en su totalidad de los vuelos domésticos y en niveles inferiores en capacidad en comparación con 2019.
“Seguimos siendo optimistas de que se abrirán burbujas adicionales una vez que se complete el despliegue de la vacuna en Australia para los países que, para entonces, se encuentran en una posición similar, pero es difícil predecir cuáles en esta etapa”, dice Qantas en una declaración.
Debido a la postergación de los vuelos internacionales, el principal grupo aeronáutico de Australia indica que tomará contacto con los clientes con fechas de viaje entre el 31 de octubre y el 19 de diciembre. Asimismo, señala que la incertidumbre existente hace que las reservas para vuelos internacionales continúen relativamente bajas.
Para Alan Joyce, CEO de Qantas Group, la falta de confianza genera incertidumbre y por lo mismo insiste en el uso de un certificado de vacunación o un pasaporte sanitario como exigencia obligatoria a los pasajeros, pese a que la medida no es compartida por todos. “Tener un requisito como pedir a las personas que se vacunen antes de subir a nuestros aviones, pienso que es lo más sensato”, dice en abril.
Una opinión distinta es la que entrega Jayne Hrdlicka, CEO de Virgin Australia, al instar a las autoridades a cumplir con los plazos anunciados y abrir las fronteras para los viajes internacionales antes de 2022. Desde su perspectiva, con una vacuna administrándose gradualmente se puede dar la protección necesaria a los viajeros y a la población. Además, señala de que las sociedades y las autoridades deben aceptar la realidad de convivir con el virus.
“El COVID-19 formará parte de la comunidad, nos enfermaremos y no nos llevará al hospital, y no podrá a la gente en apuros porque tendremos una vacuna”, dice Hrdlicka. “Estamos olvidando el hecho de que hemos aprendido a vivir con muchos virus y desafíos a lo largo de los años y tendremos que aprender a vivir con esto”…