El tráfico total de pasajeros de enero y febrero creció un 3%, pero a partir del 1 de marzo comenzó a caer de forma sostenida como resultado de las restricciones a los viajes internacionales y medidas de cuarentena en la mayoría de los países de la región.
Aunque Brasil,Chile y México han mantenido los vuelos domésticos e internacionales, la caída del tráfico aéreo en la última semana de marzo era superior al 85%.
La mayoría de los aeropuertos de América Latina y el Caribe continúan abiertos para atender la carga aérea y vuelos humanitarios.
El colapso del tráfico pone en peligro miles de puestos de trabajo que dependen directa e indirectamente de esta industria. Según datos de ATAG, 430,000 personas trabajan en los aeropuertos de la región.