Una viajera experimentada comparte sugerencias para cuidar tu cuerpo y tu mente mientras recorres trayectos largos en avión.
Los viajes de larga duración no me afectan.
Pasé la mayor parte de mis veintes viviendo en Corea del Sur, y cada uno de esos años significó al menos un viaje de ida y vuelta a casa, en Estados Unidos, si no es que más.
Aquellos vuelos transpacÃficos estaban siempre fuera del alcance del escaso salario de una periodista novata, lo que significaba la necesidad de un asiento en clase turista (a menos que milagrosamente fuera ascendida a clase de negocios). En aquel entonces, tenía muy pocos y valiosos días de vacaciones y quería que cada momento que estuviera en casa, en Estados Unidos, contara. Eso significaba arrancar a toda marcha, con un mínimo jet lag y con mucha energía para reunirme con amigos.
Yo estaba recién salida de la universidad cuando volvà mi rutina de vuelo una ciencia, pero estos consejos pueden aplicarse a cualquier viajero de negocios hoy en día. Después de años de vuelos de más de 10 horas, he aprendido que todo se trata de la preparación, la cual sucede antes de que realmente subas al avión.
1. Solicita una comida especial cuando reserves tu vuelo.
Esta es una de las maneras más simples de hacer tolerable un vuelo internacional. Y son gratis en la mayoría de las aerolíneas.
Yo apuesto por la «comida vegetariana asiática», que normalmente significa comida india. También hay opciones veganas, halal y opciones libres de gluten, por nombrar algunas.
Para mÃ, las comidas especiales han demostrado ser superiores a lo que todos los demás obtienen, además de que se sirven primero. La mayoría de las comidas estándar de las aerolíneas están cargadas de carbohidratos simples, que carecen de fibra para mantener tu sistema digestivo en movimiento. El estreñimiento del viajero es real, y es mejor evitarlo. (Dentro del mismo lineamiento, asegúrate de llevar aperitivos saludables para el viaje: alimentos ricos en fibra como almendras crudas y fruta fresca son mis favoritos).
2. Usa algo cómodo pero con clase
Me opongo a vestirme desaliñada mientras viajo. Por lo general, voy con un vestido tejido o tipo jersey que se sienta tan cómodo como una camiseta gigante, solo que más ajustada. Combino eso con mallas, zapatos bajos y calcetines. (Me estremezco ante la idea de pasar descalza a través de la zona de seguridad). Mis elegantes amigos masculinos recomiendan camisas con botones resistentes a las arrugas y pantalones con mocasines. Deja la ropa apretada (chalecos rígidos, jeans apretados, cualquier cosa con pretina apretada) en tu maleta. También llevo una pashmina de seda grande para algo de calor adicional; siempre lo necesito.
3. Cuando abordes, ajusta el reloj a tu hora de destino (o utiliza la función Reloj Mundial en tu smartphone).
Haz tu mejor esfuerzo por dormir cuando es de noche en tu destino, y por permanecer despierto cuando es de día allí. Curiosamente, las tripulaciones de vuelo ajustan las luces y la alimentación a un horario que a menudo no es en absoluto propicio para adaptarse a una nueva zona horaria, por lo que tienes que ejercer un poco de autodisciplina.
4. Bebe muchísima agua
Lo sé, lo sé, eso significa levantarse muchas veces para usar el baño del avión. (Consigue un asiento de pasillo). Pero los aviones son notoriamente deshidratantes, y mantenerse hidratado es una gran parte para hacer frente a cualquier vuelo. Debes tomar mucha agua el día antes de tu vuelo, el día del vuelo, durante el vuelo, y después del vuelo. Si estás despierto en el avión, deberías estar bebiendo agua.
También, lleva tu propia botella de agua a bordo. Dependiendo de la aerolínea, llénalo antes de embarcar (pregúntele al agente de la puerta si está permitido, no lo está en algunos vuelos internacionales a Estados Unidos) o pídele a una azafata que la llene cuando subas al avión. Ellas llevarán la botella llena a tu asiento…