Caminaron durante horas por playas del territorio holandés de San Martín hasta llegar al lado francés de la isla caribeña, y nada. No encontraron rastro de Rigoberto López Colón, el piloto puertorriqueño que copilotaba el avión de la aerolínea SkyWay estrellado en San Martín el miércoles pasado.
Le mostraron fotos del joven de 26 años a vecinos de esa costa con la esperanza de que alguno de ellos lo hubiese visto o rescatado, pero tampoco tuvieron éxito.
La incesante búsqueda no era de las autoridades de la pequeña isla. Quienes rastrearon el área con tal detenimiento fueron Rigoberto López, padre, y Daphne Febres Farrel, novia del piloto.
Como si fuera poco, recrearon la ruta del desastroso despegue que tuvo lugar a eso de las 6:30 de esa tarde, pero tampoco lograron divisar nada. Desde entonces la familia de Rigoberto ha luchado por ver aumentados los esfuerzos para encontrar a su ser amado. Ayer encontraron algo de paz al saber que el Gobierno de Puerto Rico está presto a unirse a su búsqueda. Según se informó ayer, solo faltaba que el gobierno de San Martín solicitara ayuda oficialmente mediante carta dirigida al gobernador Alejandro García Padilla.
"Quiero agradecerle al Gobierno de Puerto Rico, al secretario (de Estado, David Bernier) y a las agencias toda la ayuda y el apoyo. Es un poco complejo: es un país (distinto), aguas internacionales, dos tipos de gobierno. A veces llega la desesperanza y no es fácil estar en esa situación", reconoció López. Enfrentado con la prensa en la oficina de Bernier, el padre de otro joven de 20 años recordó cómo al mayor le atrajeron los aviones desde niño.
"A los 11 le regalé el primer simulador (e vuelo)", indicó.
Mientras, Febres Farrel clamó por interés en hallarlo, acción y oración. Cargada de artículos relacionados con él, como una pulsera con las letras RIGO, un mapa de San Martín, el libro que le regaló él un día antes del accidente "“titulado "˜First Class Marriage"™- y un caracol que le regaló el mar cuando oraba por su amado en la playa, la joven explicó por qué piensa que puede estar con vida.
"No hay nada de él (que se haya recuperado). ¿Por qué no pensarlo? Fue a tres millas (de tierra el estrellamiento), es bastante cerca. No se han encontrado muchas partes del avión. Quién sabe si él pudo coger una parte y llegar hasta la orilla, alguien lo pudo coger. No se ha encontrado un brazo, no se ha encontrado una pierna, no se ha encontrado nada", enumeró.
Además, enumeró artículos personales que cargaba y que tampoco han aparecido: una gorra negra con una letra T, sus audÃfonos, su carnet, su celular, sus llaves y su iPad…
