La Guardia Civil atribuye a cuatro empleados del servicio de limpieza de aviones del aeropuerto de Alicante-Elche reiterados hurtos de objetos perdidos y olvidados en el interior de las aeronaves posiblemente desde hace años. La investigación se inició en enero, cuando se detectó un aumento de denuncias en el propio aeropuerto y en otros puestos de la Guardia Civil en el que pasajeros de distintos aviones exponían que se habían dejado olvidados carteras, bolsos, dispositivos informáticos, móviles, tablets y todo tipo de objetos de valor, y que cuando habían reclamado a las compañías aéreas para recuperarlos, sus pertenencias no aparecían por ningún lado.
En muchos casos, esas denuncias se habían hecho al poco tiempo de aterrizar los vuelos, por lo que la Guardia Civil de Fiscal y Fronteras que presta sus servicios en el aeropuerto estableció un operativo para esclarecer los hechos y pudo relacionar las sustracciones denunciadas con cuatro trabajadores de una empresa que presta servicios a distintas compañías. Las personas a las que se atribuyen los robos son tres mujeres y un hombre, que están siendo investigados por el Juzgado de Instrucción 4 de Elche por un posible delito continuado de apropiación indebida.
Al parecer, y según las conclusiones de los investigadores, una de las encargadas de la empresa prácticamente «dirigía» al grupo, indicándole presuntamente al resto de los implicados dónde cambiar el dinero y cómo revender en tiendas de segunda mano los objetos para después repartir los beneficios. Lejos de entregarlos a las aerolíneas para que fueran devueltos a sus propietarios, fuentes conocedoras del caso apuntan a que aprovechaban su trabajo para apropiarse de todo tipo de elementos de valor y también de dinero en metálico, sobre todo de cuantías pequeñas que, una vez sumadas, podrían haber supuesto un gran botín. Sobre todo teniendo en cuenta que se han podido documentar cambios de monedas extranjeras por parte de las personas investigadas en oficinas de cambio del propio aeropuerto y de las pedanías ilicitanas de Torrellano y El Altet desde hace unos cinco años. Eso permite a los investigadores sospechar que podrían llevar años actuando del mismo modo…