En el procedimiento tedioso de cotejo al que la Agencia de Seguridad de Transporte (TSA) somete a todo ciudadano que debe tomar un vuelo en algún aeropuerto de Estados Unidos o sus territorios se encuentra un promedio de cinco armas por día, la mayoría cargada.
Según reportado por la agencia en su blog, el año pasado se descubrieron 1,813 armas de fuego en la maleta carry-on, de las cuales 1,477 tenían municiones. El aeropuerto de Atlanta encabeza la lista con la mayor cantidad de armas incautadas.
Pero, no todas las armas son pistolas. La posibilidad de que descubran el contenido no es suficiente disuasivo para que algunas personas intentan pasar cuchillos, granadas y hasta hornillas con el tanque de gas propano incluido. Los trucos para que los artículos peligrosos pasen de incógnito son múltiples.
Pistolas amarradas en las botas, envueltas en papel de periódico y guardades en envases de detergente en polvo. También usan compartimientos secretos en los bultos y en el interior de artículos que sí pasan la revisión del TSA.
En el aeropuerto de Chicago, el año pasado encontraron una bazuka de la Segunda Guerra Mundial, y en el de Washington, unas granadas.
También en el checkpoint se encuentran artículos que, aunque no son peligrosos, destacan por lo peculiar. En el de Fort Lauderdale, los agentes hallaron fragmentos de una calavera y en el de Dallas, un bolígrafo que en realidad era un cuchillo.
En el aeropuerto de Phoenix, lo que parecía ser un lápiz labial era pepper spray, y en el de San Antonio, un lipstick era el disfraz de…