CURIOSIDADES

Dónde los multimillonarios compran sus jets

Si alguien gasta decenas de millones de dólares en un jet privado, no hay duda de que tiene mucha plata. Porque no se trata sólo de comprarlo, advierte el vendedor de aviones Steve Varsano, sino que «hay que ponerle gasolina, contratar los pilotos, pagar el seguro… Eso puede marcar miles de dólares por hora». Si usted tiene todo ese dinero, Varsano tiene el avión.

El es el primer y hasta ahora único hombre en el mundo que tiene un local comercial, como una tienda de ropa, donde vende jets privados nuevos y usados. En ese local instaló una maqueta a tamaño real de la cabina de un Airbus ACJ-319, cuya versión real cuesta US$ 60 millones y otros US$ 30 millones para adecuarla al gusto de cada cliente.

Pueden escoger instalar pantallas de videos que salen del techo de la aeronave, cajas de cigarros, bares, sistemas de sonido, espacio para un dormitorio y tapizado. Parte de la oficina de Varsano está decorada al estilo de la cabina de un jet. Mientras está sentado en la cabina modelo, en una de las sillas cubiertas de cuero que cuestan US$ 40.000 cada una, el cliente puede observar a través de las ventanas del avión un video que simula que está volando entre nubes.

Según cuenta la BBC, la tienda es impecable, rebosante de lujo y sofisticación. Y eso es precisamente lo que Varsano quiere cuando sus clientes, millonarios, jefes de corporaciones y celebridades, atraviesen la puerta de su negocio.

El local de Jet Business está ubicado en Hyde Park, un lugar de Londres que se ha convertido en un imán para los más ricos del mundo.

Varsano, millonario por derecho propio, vive al cruzar la esquina, en el exclusivo sector de Mayfair, con su novia, Lisa Tchenguiz.

El hombre de los jets estima que todo aquel que quiere comprar un avión privado eventualmente pasa por el centro de Londres.

«Esa es la razón por la que es la mejor locación del mundo», dice el empresario nacido en Nueva York. «Si yo estuviera tratando de vender en sus propios países, tendría que viajar permanentemente». Para los mortales, los jets privados son un accesorio de lujo. Pero para sus clientes, insiste, son máquinas del tiempo. Solo eso.

«Ellos quieren reducir el tiempo de espera. Son gente que viaja al menos dos veces a la semana. Se trata de cerrar tratos y volver a casa», explica.

«La visión que tiene la gente es que son vuelos solo para volar de vacaciones, con champagne y chicas, y es falso», asegura.

Cerca del 80% de las ventas que cierra Varsano son de jets de segunda mano. Las nuevas aeronaves pueden tomar meses en ser entregadas y a los muy adinerados no les gusta esperar.

Por esa razón, en su sala de exhibición tiene todo lo que se requiere para que el cliente tome una decisión.

Además de la maqueta tamaño natural del Airbus, en una pared están alineadas una serie de pantallas donde los clientes pueden comparar cada una de las opciones que tienen.

Con sólo tocar las pantallas, el comprador puede navegar por los modelos, precios, rangos, costos de mantenimiento y ver las imágenes de los…

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