El siempre polémico juez federal Norberto Oyarbide regresó ayer al país desde sus vacaciones en Punta Cana y su presencia en clase ejecutiva de un vuelo de LAN generó bronca entre otros pasajeros argentinos que lo reconocieron.
Según supo Clarín, Oyarbide volvió anoche al país tras pasar algunos días con su pareja en el Caribe. Eligió, como años anteriores, las playas de arena blanca de la República Dominicana como refugio para descansar.
De traje y sin corbata, el magistrado se sentó en la fila 3 del vuelo de LAN 4M4591, con escala en Miami, y tomó champagne durante el viaje. Su pareja, vestido de manera informal, llevaba un bolso con raquetas de tenis.
Oyarbide fue reconocido en el aeropuerto, antes de subir al avión, por otros turistas argentinos que comenzaron a increparlo. Él solo miraba para adelante e hizo oídos sordos a los gritos.
Además, mientras una decena de pasajeros hacían fila, el juez tuvo un trato preferencial de la aerolínea que lo hizo subir al avión por otro lado.
La de ayer no fue la primera vez que el juez sufre un escrache público. El 27 de octubre de 2013 Oyarbide pasó un mal momento cuando se retiraba de votar en las elecciones legislativas. Al grito de "ladrón" y "chorro" -según quedó registrado por las cámaras de televisión- un grupo de personas lo increpó en el centro de Exposiciones, en la Recoleta.
En febrero de 2010 también fue objeto de reproches públicos por haber sobreseído a los Kirchner en las investigaciones sobre enriquecimiento ilícito. Fue en el corsódromo de Gualeguaychú, donde el juez se paseó acompañado por su pareja y un par de guardaespaldas. Vestía un llamativo chaleco plateado. La gente que advirtió su presencia comenzó a dedicarle un cantito: "¡Metelos presos, la p… que los parió!".
Más cerca en el tiempo, el 25 de septiembre de 2012 el juez fue objeto de otro escrache masivo en la puerta de su departamento, en el barrio de la Recoleta.
En esa ocasión, los manifestantes llegaron portando pancartas con consignas contrarias al desempeño de Oyarbide en todas las causas sensibles para el Gobierno. Además de…
