CURIOSIDADES

Lo que siempre quisiste preguntarle a una azafata

Una auxiliar de vuelo nos revela todo los secretos de las alturas, desde cómo conseguir los mejores asientos hasta las bebidas que no debes pedir.

Una vez concluida la pesadilla que son los viajes en avión en época de vacaciones, nos dimos a la tarea de platicar con los héroes sin capa de la temporada: las azafatas. Ellas mantuvieron nuestras bebidas siempre hasta el copete y nuestros asientos bien reclinados mientras despegábamos en tubos de metal llenos de influenza para visitar a nuestros familiares. ¿Pero qué sucede detrás de la delgada cortina una vez que todas las cenas han sido servidas?

Hablamos con «Betty», azafata de una aerolínea estadounidense famosa. Nos pidió que mantuviéramos su nombre en el anonimato para evitar ser despedida. Nos explicó que la vida de una azafata en la actualidad está lejos del glamour de la época dorada de las aerolíneas, aunque aún gozan de un poco de sexo, drogas y alcohol.

VICE: Tener que apagar los teléfonos celulares como medida de control es una mentira, ¿cierto? ¿Existen más medidas o advertencias «placebo» o de protocolo?
Betty: Nadie apaga sus celulares. Ni siquiera yo. Todas las órdenes son preventivas. No tienes permitido ponerte de pie cuando el avión se acerca al tren de aterrizaje a pesar de que ir a tres millas por hora. ¿Qué es lo peor que podría pasar?

Supongo que en algún punto algo tuvo que pasar para que crearan esta regla. Al menos esa fue la excusa que nos dieron en la capacitación. En una ocasión me lastimé, porque nunca abrocho mi cinturón de seguridad y el aterrizaje fue un poco violento. Mi cabeza se golpeó contra el asiento de enfrente y me sentí mal por ello.

De todos modos, no apaguen sus celulares. A nadie le importa.

¿Cuál es la mejor forma de tener sexo arriba de un avión sin sufrir consecuencias? ¿Alguna vez te han propuesto hacerlo?
Esperar al servicio de comida, cuando todas las azafatas están en el pasillo. Todos están ocupados y a nadie le importa lo que pase a nuestras espaldas. Podría haber 10 personas en el baño y no darnos cuenta.

En los vuelos con aviones de dos pisos tienen azafatas cuyo único trabajo es sentarse a un lado del baño de abajo y asegurarse de que ninguna pareja entre. Pero en aviones más pequeños, las azafatas no están tan al pendiente como uno cree. Estamos distraídas con nuestros celulares en la parte trasera u ocupadas. No queremos estar cerca de los baños en ningún momento. Mucho menos si hay gente que tiene pensado tener sexo ahí dentro. Son asquerosos y sucios, pero sí es posible…

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