Los aeropuertos pueden crear confusión a personas que no están acostumbradas a viajar. Señalizaciones, puertas de embarque, diferentes terminales e infinidad de aviones que despegan y aterrizan al día.
Precisamente, Pawel Lawreniuk, polaco de 75 años de edad, fue víctima de la confusión en el aeropuerto de Leeds-Bradford y acabó embarcando en un vuelo que le llevó a Malta, a 1,600 kilómetros de distancia de su destino original, Gdansk, en Polonia.
Lawreniuk acudió a Inglaterra durante las fiestas navideñas para visitar a su hija. Después de pasar dos semanas con ella, tenía previsto regresar a su hogar pero los acontecimientos acabaron siendo bien distintos. Sin querer, y sin oposición del personal que trabajaba en la aerolínea de bajo coste, Ryanair, Lawreniuk embarcó en el vuelo equivocado sin saberlo.
No se dio cuenta de que estaba en el país equivocado hasta que no se subió al taxi y le fue imposible comunicarse con el conductor. Extremadamente confundido, tuvo que regresar al aeropuerto para ver qué sucedía ya que su celular no funcionaba en Malta y el polaco era la única lengua que sabía hablar.
Mientras trataba de solucionar el asunto en una ventanilla de turismo del Aeropuerto Internacional, y ante confusión, las barreras del idioma y los malentendidos, a Lawreniuk le sonrió la suerte.
Kamilla Nikolas, una ciudadana polaca de 35 años de edad que pasaba por el lugar, se percató de que algo iba mal con su compatriota y no dudó en hacerse cargo de la situación. Le prestó el teléfono para contactar con su hija y le ayudó a reservar otro vuelo que le llevaría a su destino previsto, Gdansk, ese mismo día…
