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Altos costos y poca infraestructura: ALTA

Latinoamérica y Caribe representan el 8% de la aviación global. En los últimos 10 años consiguió duplicarse y se proyecta doblar nuevamente el tráfico aéreo en la próxima década. Este aumento fue posible porque la economía en desarrollo incluyó a más personas en el consumo y esa población exige mejores servicios y estar conectada. Sin embargo, “hay mucho por hacer para mantener el crecimiento”, dijo a HOSTELTUR Luis Felipe de Oliveira, Director Ejecutivo de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), empezando por “reinvertir en aviación lo que se percibe de impuestos y tasas”. El tema fue abordado en profundidad para la Revista Especial de la Vitrina Turística 2019.

De Oliveira sostiene que en la región “necesitamos inversiones en infraestructura en tierra y aire, que posibiliten este desarrollo”. También “mejorar los costos” ya que “tenemos el combustible más caro del mundo, debido a monopolios de producción y distribución en varios países, sumado a impuestos para operaciones domésticas e internacionales que, en ocasiones, son más elevados que el mismo costo de los tiquetes”.

Reinvertir para crecer
Según ALTA, los aeropuertos necesitan inversiones por 53.150 millones de dólares (a precios de 2016) para cubrir la demanda-capacidad prevista para el año 2040. El 70% de esas inversiones debería ir a tres países que para entonces tendrán 14 aeropuertos con más de 25 millones de pasajeros al año: habrá ocho en Brasil, dos en Colombia y cuatro en México.

“El elevado crecimiento y un retraso de la renovación y ampliación de los aeropuertos ha generado que la gran mayoría opere en estado de congestión o saturación, con un índice de inferior a 4.000 metros cuadrados de terminal por cada millón de pasajeros, muy por debajo de otros aeropuertos como el aeropuerto de Londres-Heathrow que tiene un índice superior a los 7.000 metros cuadrados por cada millón”, explicó Luis Felipe de Oliveira.

En esa línea, reafirmó que “el gran limitante a futuro tiene que ver con la capacidad de terminales, pues existen sólo nueve aeropuertos de más de 100.000 m2 de superficie y para acomodar la demanda proyectada se estima que ese número deberá ser mayor a 25”.

Desde el lado operativo también hay puntos que frenan el crecimiento, pues sólo cuatro aeropuerto de la región cuentan con dos pistas que permitan operaciones independientes y simultaneas, y “más del 70% de los aeropuertos tienen una sola pista”, limitando la cantidad de vuelos por hora que pueden soportar las terminales.

Esto ocurre porque “muchas veces los impuestos percibidos a partir de la aviación no son reinvertidos en la industria, generando un círculo negativo entre brechas de infraestructura y costos elevados”, sostiene el Director Ejecutivo de ALTA.

El eterno problema de costos
El 30% del costo operativo de las aerolíneas corresponde al combustible, y por el aumento en el precio internacional –que desde inicios del año pasado ha superado el 50%, según datos de ALTA- cada vez es mayor esa proporción. Uruguay y Brasil son ejemplos de países donde es aún más elevado el costo y allí se está trabajando con los gobiernos para “procurar mayor transparencia, previsibilidad y costos eficientes”.

Sucede, como indica el experto, que los precios del combustible “son un contra incentivo para las aerolíneas que operan, dificultando la apertura de nuevas rutas, el aumento de frecuencias y, finalmente, perjudicando al pasajero”.

Para Luis Felipe de Oliveira la aviación requiere “previsibilidad” en los costos. A su entender, “Chile es un caso exitoso en la región de cómo bajar las tasas impulsa el crecimiento del tráfico aéreo” y Argentina también ha hecho modificaciones para ir hacia esa Revolución de los Aviones que promete.

En el caso chileno, en septiembre del año 2018 se redujeron 20% las tasas de embarque, en septiembre de este año bajará otro 10% y en el de 2020 un adicional del 10%. Mientras que en Argentina se anunciaron rebajas para vuelos internacionales de corto alcance, lo que representa un “gran incentivo” al tráfico aéreo intrarregional entre Argentina, Brasil, Uruguay, Chile, Paraguay y Bolivia. “Una excelente iniciativa que debería ser replicada por los países centroamericanos, Caribe y los países andinos”, dicen en ALTA.

El caso colombiano
Colombia ha multiplicado por tres el número de pasajeros en 10 años, pisando los 36 millones, y en 2030 el tráfico volverá a triplicarse, porque junto con Chile y Perú tiene uno de los ritmos de crecimiento más altos de Latinoamérica.

La aviación en el país sostiene 600.000 empleos y contribuye con 7.500 millones de dólares al PIB, cifras que ponen sobre la mesa la importancia de la actividad. A esto se suma que durante el período 2000-2018, el PIB del transporte aéreo tuvo una tasa de aumento anual del 4,8%, “mientras que la economía nacional lo hizo en promedio 4% anual”, detalló ALTA en base a datos de DANE.

La Asociación Internacional de Transporte Aéreo va más allá y dice que Colombia en dos décadas podría cuadruplicar la demanda. “Eso significa que, bajo las condiciones adecuadas, la aviación podría respaldar más de un millón de empleos y contribuir con US$ 17.200 millones al PIB en 2037”, indicó Peter Cerdá, vicepresidente regional de IATA para las Américas.

Pero la meta solamente se alcanzará si mejora la infraestructura, comenzando por el Aeropuerto El Dorado de Bogotá, que tiene el 69% del tráfico aéreo. Hoy el aeropuerto de la capital tiene capacidad para 40 millones de pasajeros y debería ser ampliado –con una tercera pista- para atender a 70 millones…

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