La Argentina, según la circular 144/2020 de la ANAC (Administración Nacional de Aviación Civil -organismo que dirige Paola Tamburelli-), prohibió hasta el 1° de septiembre la posibilidad de vender tickets a las aerolíneas. A partir de esa disposición, la industria aeronáutica (y los pasajeros) habían empezado a prepararse para el regreso de la actividad. Sin embargo, parece que tendrán que seguir esperando. El propio ministro de Transporte, Mario Meoni, puso en stand by la promesa: “Hasta tanto las autoridades sanitarias no tengan un panorama más claro respecto a la situación en general, los vuelos van a seguir estando restringidos”, señaló. Y colocó la pelota más lejos del arco: “Esperamos que el transporte aéreo vuelva en los próximos 60 días”.
Los gremios tampoco están muy convencidos de volver a la actividad. Dicen que no están dadas las condiciones para poder fiscalizar y habilitar las aeronaves y piden más garantías para el resguardo de la salud de sus afiliados.
La aviación comercial (aerolíneas, operadores aeroportuarios, empresas que operan en los aeropuertos -restaurantes, comercios, etc.-, fabricantes de aeronaves y proveedores de servicios de navegación aérea) genera en el país 71.000 mil empleos directos. Con la compra de bienes y servicios de proveedores, otros 79 mil.
Se calcula que con el dinero que hacen circular quienes trabajan en el sector, otros 51 mil empleos son sustentados.
Y las conexiones turísticas por vía aérea contribuyen a sostener 129 mil puestos de trabajo.
En total, 329 mil personas viven de lo que genera la actividad aerocomercial. Representa casi 12 mil millones de dólares; el 2,1% del PBI argentino.
Sin embargo, salvo algunas pocas excepciones, está todo parado desde marzo.
Lo particular del caso es que la Argentina es uno de los pocos países grandes de América que ha mantenido medidas tan estrictas con respecto a la actividad aerocomercial en medio de la cuarentena vigente por el avance del coronavirus.
Canadá, Estados Unidos, México, Brasil, Ecuador, Chile, Perú y Uruguay tienen actividad en sus aeropuertos.
Cuba habilitó el arribo de turistas. Y Colombia ya anunció el regreso de las operaciones a partir del 31 de agosto.
Argentina, Venezuela, Panamá y Paraguay mantienen sus fronteras prácticamente cerradas.
“Argentina es el único país grande de la región que aún no abrió su mercado doméstico de vuelos”, explicó a Infobae Rafael Echevarne, director general ACI-LAC (Consejo Internacional de Aeropuertos, Latinoamérica y Caribe).
La prohibición rige para vuelos domésticos y conexiones internacionales. Hay algunas pocas excepciones, como las concedidas a empresas como KLM o Air France, que fueron habilitadas a transportar pasajeros que tengan doble nacionalidad o posean un permiso especial por estudio o trabajo. La otra alternativa que existe para salir del país por vía aérea son los vuelos privados, que son mucho más caros que las operaciones comerciales y de acceso mucho más limitado.
“En estos momentos hay varios países con actividad: México y Brasil nunca cerraron su tráfico doméstico. Se sumaron Chile, Ecuador, Perú, Costa Rica y Honduras, por nombrar a los más importantes. En México ya hay vuelos internacionales. Ecuador también: allí se permite la entrada de extranjeros, pero se pide que tengan hecha la prueba de Covid y hagan cuarentena”, repasó Echevarne.
En Uruguay, que permite vuelos internacionales pero no admite la entrada de extranjeros, y en Canadá casi no hay restricciones y están habilitados los vuelos a Europa.
A la par, los países que habían aplicado medidas similares a la Argentina ya reanudaron la venta de pasajes. Acá, en el mejor de los casos, se espera que eso suceda formalmente a partir del 1° de septiembre, independientemente de que algunas compañías estuvieron ofreciendo tickets en fechas de promociones especiales como el hot sale o comercializan conexiones que quedan sujetas a confirmación.
América Latina es la región que tuvo una reducción más drástica de los vuelos. Actualmente, en esta semana de agosto, la oferta de vuelos registró una caída de 73% con respecto al mismo período del año pasado. Los Estados Unidos tienen 51% menos de asientos disponibles, Europa 52% y Asia, 40 por ciento.
“El tema es que en Europa, los Estados Unidos y Asia el transporte se reactivó, no hay prohibiciones excepto las que pongan los países. Pero eso en América Latina no se está dando. En Argentina particularmente la situación es muy preocupante. No tenemos una fecha de apertura. Se había hablado en un principio del 1° de septiembre, pero tenemos un posible retraso”, analizó Echevarne.
-La ANAC no se pronunció, pero los sindicatos y el ministro de Transporte ven poco probable que se pueda…
-Es tremendo para la economía. Muchos piensan que volar es un lujo, pero no es así. Volar es una necesidad. Sobre todo en América Latina, donde no hay una infraestructura alternativa. No existen autopistas como en EE.UU y Europa, ni redes de ferrocarril como en esas regiones. Fíjese en su país. La temporada de invierno de Bariloche se ha perdido. Y eso no solo afecta a la industria del transporte aéreo, sino a otras industrias. La más obvia, por supuesto, es la del turismo. Pero independientemente del número de contagios, cada lugar tiene su realidad. Colombia es otro país donde sucedía lo mismo que en la Argentina, ya está haciendo pruebas piloto entre ciudades del país. Por lo que solo quedaría Argentina como el único país grande de la región sin abrir el mercado doméstico. Y son países que, por tamaño o por geografía, dependen de los vuelos para comunicarse. Perú y Ecuador han reactivado los vuelos domésticos. También Chile, pero con algunas restricciones. Y en Brasil y México siempre los hubo.
El vicepresidente regional para las Américas de la Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA), Peter Cerdá, planteó un panorama similar. “Esta región es la que más tiempo ha estado cerrada a nivel global, en agosto entramos al quinto mes en tierra. Además, existe una falta de claridad con respecto a las fechas de reapertura del transporte aéreo en varios países. Si continúan las restricciones o cierre de fronteras, es probable que muchas aerolíneas no puedan resistir y que más operadores cesen operaciones o cancelen rutas, como hemos podido empezar a ver en este último tiempo”, aseguró.
Y desarrolló: “Un mercado con menos aerolíneas representa menos conectividad, menos oportunidades de desarrollo y empleo y menos alternativas para los pasajeros. En junio, el tráfico de pasajeros en América Latina cayó 91.2% en comparación con 2019. Sin embargo, en los vuelos que sí operaron, el factor de ocupación fue de 66.2%, lo cual indica que existe demanda. El transporte aéreo no es un lujo en este continente, es una necesidad. En esta región dependemos de la aviación por ser un medio de transporte seguro y eficiente”.
Según Cerdá, los gobiernos de América Latina son los que menos apoyo financiero han dado a las aerolíneas de la región. Para el año 2020 la industria prevé pérdidas de USD 84 mil millones a nivel global y USD 4 mil millones para las líneas aéreas en América Latina. “Con las fronteras cerradas no hay vuelos y el impacto es enorme para todos. Cada vez que alguien viaja, desencadena un efecto dominó de aporte, valor y consumo. La crisis está llevando al límite de supervivencia a las empresas”, precisó.
Al ser consultado sobre la situación puntual de la Argentina, señaló: “Las aerolíneas estamos muy preocupadas por la fecha de reactivación de los vuelos. Hasta ahora hemos mantenido un diálogo transparente y fluido con las autoridades en Argentina para que se avance en la aplicación de los protocolos sanitarios previstos por IATA y la OACI y que el país ya tiene listos y son necesarios para poder reabrir de la manera más segura este 1° de septiembre, fecha indicada en un primer momento por las autoridades y que, a pocas semanas del momento, todavía no ha sido confirmada y cada vez se ve más lejana”…