El Aeropuerto Internacional Islas Malvinas se prepara para enfrentar un contexto de turbulencia económica con un plan de contingencia que contempla incentivos a las compañías que operan en Rosario, como la bonificación en las tasas que se aplican a las aerolíneas y aportes del gobierno provincial. Un programa diseñado para apuntalar los servicios existentes y acompañar la reconversión en el tráfico de pasajeros internacionales a cabotaje, en un marco de cambios de escenarios.
La oferta del aeropuerto incluye el avance en las obras de infraestructura y la búsqueda de nuevos operadores, como las low cost, y un sistema de asistencia para aumentar la operatividad de la pista durante la época de neblina.
Rosario no está al margen de una reducción del tráfico aéreo que afecta a todas las estaciones del país. La escalada del dólar, la devaluación del peso y un contexto económico incierto impactaron de lleno en la política comercial de la estación rosarina, que anunció un plan para mitigar el efecto negativo en la caída de los vuelos internacionales, con un incentivo a los de cabotaje.
“Comenzamos el último trimestre de 2018 a presentar a las aerolíneas un plan de promoción para incrementar la conectividad, ya sea por nuevas rutas o sumando frecuencias”, indicó el titular del aeropuerto, Matías Galíndez, y detalló que el programa de incentivos incluye el descuento a las compañías por bonificación de tasas de operación (balizamiento, estacionamiento).
Como ejemplo, citó el caso de la low cost Fly Bondi, que recibió aportes del Ministerio de la Producción, que evaluó el plan de negocios y acompañó con fondos.
“Estos sistemas de fomento son comunes a los aeropuertos, y en este caso es apuntalar desde el gobierno con aportes y una ley de incentivo con la reducción de ingresos brutos. Estos incentivos fiscales son de acuerdo al plan de inversiones, que apunta a tener una oferta competitiva para el aeropuerto de Rosario”, subrayó Galíndez.
En rigor,y según detalló el funcionario, a todas las aerolíneas que operan desde la terminal local se las acompaña en 2019 con una reducción de tasas operativas. “Se hace con todas por igual, para mitigar el impacto de la crisis a nivel país, con la actividad muy sacudida desde mayo del año pasado”, indicó.
En la actualidad hay siete compañías que le dan operatividad al AIR. Aerolíneas, con conexiones a Bariloche, Ezeiza, Iguazú, Mendoza, Salta y otros enlaces en el país y hacia el mundo. La brasileña Azul, que conecta a Recife; Gol, que vuela a Río de Janeiro y conexiones. Copa, que une a la ciudad con su Hub de Panamá y LATAM, que bajará de su plan de vuelo a Santiago de Chile (a partir del 1º de octubre) y San Pablo (cesa su oferta en julio), pero sostendrá su ruta a Lima, desde donde conecta con Estados Unidos y el Caribe. En otra gama figura Fly Bondi, que une Rosario con Iguazú, Salta y Tucumán. Avianca debería definir en las próximas semanas su intención de concretar su conexión a Asunción del Paraguay y a Porto Alegre, en Brasil.
En el flujo histórico de pasajeros, la terminal local viene in crescendo. De 237 mil de 2014 a 870 mil en 2018, marcando una explosión del tráfico en el marco de la llamada “revolución de los aviones”. Sin embargo, las variables macroeconómicas van a provocar un descenso para este 2019 a 840 mil pasajeros, para luego proyectar la evolución a 1.200.000 para el año que viene y de 1,6 millón de pasajeros para el 2022.
El aeropuerto prevé una inversión de 4.800 millones de pesos entre 2017-2020 (en un 43 por ciento aporte provincial) y un superávit operativo superior a los 300 millones de pesos para este 2019.
Las autoridades pusieron énfasis en la potencialidad de la infraestructura. La ampliación de la playa de estacionamiento de vehículos, la remodelación de la actual terminal, la ampliación de la plataforma de aterrizaje de las aeronaves y las obras en marcha, como la nueva terminal de pasajeros para vuelos internacionales y la aeroplanta de combustibles, entre otras…