Con una reducción de las emisiones de carbono de hasta un 80%, el combustible de aviación sustentable (SAF) es una tecnología de incorporación comprobada y están certificadas para mezclas al 50% en motores. Mientras que con una reducción del 100% de las emisiones de carbono y una certificación del 100% en camino, el futuro desde una perspectiva tecnológica parece brillante, aseguró la Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA).
Sin embargo hay grandes desafíos. Uno de los principales es que el SAF es más caro que el combustible Jet A1 y además la oferta es limitada.
Por ello, Marie Owens Thomsen, vicepresidenta sénior de sustentabilidad y economista jefe de IATA, afirmó que las complejidades involucradas significan que no hay soluciones fáciles.
“Los gobiernos deben empezar a rodar la pelota con las políticas correctas y luego seguirá el aspecto financiero. Lo primero que deberían hacer los gobiernos es crear políticas de apoyo para aumentar la producción de SAF”, aseveró Owens Thomsen.
Refirió que hasta la fecha, la mayoría de los países no incentivan la producción de SAF, “esto significa que las refinerías que podrían producir SAF no lo están haciendo”.
En lugar de incentivar, algunos gobiernos exigen la producción de SAF mediante mandatos. Es decir, con estos podrían obligar a los productores a centrarse en el uso de vías SAF probadas como HEFA (aceite de cocina) pero dejarían fuera otras vías de materia prima que requieren más investigación o combustibles electrónicos.
“Un mandato no es una acción que tenga sentido. Tenemos un problema de oferta, no de demanda. Se han operado más de 450,000 vuelos comerciales con SAF y cada gota que se ha producido se ha comprado y utilizado. Por eso los incentivos tienen más sentido”, agregó.
La transición a SAF asequible es posible y no necesita abaratarse en términos absolutos: una ventaja de precio relativa en comparación con Jet A1 es suficiente. Eso convertiría a SAF en la opción más rentable, siempre que aumente la producción.
Pero el punto no es cuál será el precio de SAF, sino el hecho de que no puede ser una opción de inversión inferior. Un marco político claro en el que los inversores confíen para aventurarse en este campo naciente es esencial. Esto significa políticas con visión de futuro, estables y armonizadas.
“De esta manera, la sostenibilidad es un problema sistémico y no es simplemente la suma de sus partes. Hay una dinámica infinita involucrada en el ecosistema de la aviación debido a las interacciones complejas y matizadas. Pero rara vez vemos un enfoque de sistemas, especialmente por parte de los gobiernos, por lo que tenemos consecuencias no deseadas. La falta de pensamiento sistémico tiende a producir consecuencias no deseadas en la formulación de políticas”, añadió…