Los premios de música y cine no son los únicos que se entregan a comienzos de año, sectores como el de la aeronáutica también. Es el caso de los Crystal Cabin Awards, que son una buena referencia para saber cómo va a ser el futuro de la aviación en los próximos año. Hasta el 31 de marzo no se hace la entrega de galardones, pero a continuación puede echar un vistazo a algunas de las candidaturas preseleccionadas.
Soluciones flexibles para la cabina del futuro
La propuesta de la compañía Dubai Aviation Engineering Projects son cabinas de avión retráctil que permitirán la inserción de habitaciones completas, desde restaurantes hasta spas, en la cabina del avión durante el manejo en tierra. La configuración flexible de la cabina también está en la agenda de Airbus. Su Cabin Vision 2030 presenta una extensión de su concepto de “espacio aéreo”, equipando la cabina con configuraciones de asientos y de formas de dormir más flexibles junto con módulos intercambiables.
También, unos alumnos de la Universidad de Cincinnati han desarrollado un tipo de cabina que incluye una larga mesa de café, para poder realizar reuniones durante el vuelo.
Nueva clase de lujo
Acumen ha llegado a la lista de favoritos de estos premios con la propuesta The Room, una lujosa clase ejecutiva para All Nippon Airways, que combina el estilo moderno y japonés con características como el asiento más ancho de su clase hasta ahora.
El The Loft de Virgin Atlantic, creado para el primer A350-1000 de la aerolínea, cuenta con iluminación ambiental en el área de entrada a bordo de los pasajeros, transformando el área en un exclusivo salón y bar para pasajeros de clase premium durante el vuelo.
Reducción de las emisiones de CO2: conceptos de sostenibilidad para los viajes aéreos
Los expertos estiman que la cabina del avión es responsable de aproximadamente del 5-10% de las emisiones de CO2 de una aeronave. En 2020, esto hace que las ideas para una “cabina más ecológica” sean más relevantes que nunca. La Unidad de reutilización de aguas grises de Diehl Aviation es un buen ejemplo. En lugar de agua potable, utiliza agua del lavado de manos en el lavabo para descargar el inodoro. El resultado: un ahorro de hasta 550 toneladas de CO2 por año para un solo Boeing 787.
Otra idea es en la que está trabajando PriestmanGoode, sobre reducir el uso de plástico durante los viajes aéreos con su bandeja de comida económica ZERO. En el futuro, las comidas se pueden servir en materiales comestibles, biodegradables o reciclables…