Si bien reconoce que los dos últimos son los más adversos para la aviación en toda su historia, para Roberto Alvo, CEO de LATAM y presidente saliente del Comité Ejecutivo de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), el desafío más importante no es superar la crisis, sino que el tema medioambiental. Desde su perspectiva y compartiendo opinión con el resto de la industria, hay una meta muy ambiciosa autoimpuesta que alcanzar sin tener certezas de las herramientas.
“El desafío más importante es la descarbonización”, dice Alvo en la primera jornada del Foro de Líderes de ALTA que se lleva a cabo en Buenos Aires. “La industria aérea como un todo se ha comprometido a eliminar sus emisiones de CO2 para 2050. Sin embargo, hoy en día no están claras las herramientas y las maneras de hacerlo”.
De sus palabras es posible entender el momento por el cual atraviesa la industria aérea. Particularmente, toda la incorporación de nueva tecnología en aeronaves, motores, fuentes de energía y proyectos que se están intentando llevar a cabo, sin que existan las certezas de que su materialización sea un éxito.
Apenas una década después de conmemorarse el primer centenario, la aviación parece volver a sus primeras épocas en las cuales distintos experimentos buscan dar impulso a la industria que se conoce hoy. Como en las primeras décadas del siglo XX, nuevos modelos de aeronaves, motores y combustibles, procedimientos, diseño y gestión de aeropuertos, aparecen para construir la aviación del futuro.
En ALTA Forum, el CEO de LATAM menciona que el periodo actual por el cual atraviesa la industria aérea forma parte de una transición en todo nivel. Primero, porque hay temas coyunturales como por ejemplo salir de la crisis y asegurar el sustento financiero en medio de escenarios económicos y geopolíticos altamente volátiles. En segundo lugar, aunque no menos importante, está el compromiso medioambiental asumido. Ambos objetivos van de la mano y cualquier inconveniente puede generar costos significativos.
Si bien la ruta para llegar al destino de la sostenibilidad es incierta, parece existir una buena, pero difícil pista para despegar. Por su potencial para acelerar la descarbonización del transporte aéreo, los llamados combustibles sostenibles de aviación (SAF, por sus siglas en inglés) representa un buen punto de arranque. Sin embargo, son altamente costosos por su baja producción que ni la propia industria y menos los pasajeros los pueden pagar.
La realidad actual hace que operar con SAF no sea viable, especialmente si su utilización recién está autorizada a 50% mezclado con combustible tradicional. Incluso, en regiones como Latinoamérica, que por su diversidad medioambiental es candidata para impulsar la producción y uso, es todavía lejano.
Aprovechando el contexto del Foro de Líderes de ALTA y de los avances alcanzados semanas atrás por los mismos Gobiernos en la 41va Asamblea de la Organización de Aviación Civil Internacional (OACI), el llamado de la industria es a trabajar en conjunto.
Apelando a la cooperación, la aviación pide que se entreguen las herramientas adecuadas para lograr las metas fijadas. “Hacemos un llamado a las distintas autoridades de la región a trabajar en conjunto con las líneas aéreas para tener políticas públicas que ayuden a una transición ordenada e inteligente para una aviación sostenible”, sentencia.
Para el sector aéreo, la cooperación con los Gobiernos es necesaria. Simplemente, porque es la única forma no sólo asegurar el futuro de una industria, sino que de garantizar la conectividad de los países de la región. Cabe recordar que a diferencia de otras regiones, la aviación es un medio esencial para América…