Cada vez que despega un avión de un país a otro, un sistema transmite de forma electrónica los datos de los pasajeros embarcados a las autoridades del país de destino. Se trata del Sistema de Información Anticipada de Pasajeros (API, en inglés) que está generando mucha preocupación en las líneas aéreas que operan en Chile.
De acuerdo a un artículo de El Mercurio, el objetivo del sistema es cuidar la integridad de la frontera y entregar información sobre las tasas que deben pagar los pasajeros embarcados en los países de destino.
Sin embargo, en agosto del año pasado la aprobaron las bases de licitación para implementar el API en Chile. Pero la Subsecretaría del Interior decidió que era una fantástica idea utilizar un tipo de conexión llamado VPN, que no es el método que se ocupa en casi todo el mundo.
En 77 países, incluyendo Alemania, Francia, Reino Unido, España, Estados Unidos, Canadá, México y Brasil, se utiliza una conexión tipo B. En Chile curiosamente se optó por VPN, lo que genera incompatibilidad con los sistemas actuales y obliga a las aerolíneas a invertir tiempo y dinero en desarrollar aplicaciones que se integren al sistema.
«No es el método comúnmente usado por la industria aérea a nivel global y cuya incorporación involucraría desarrollos informáticos que conllevan tiempo y un costo considerable», señaló Alfredo Babún, presidente de la Asociación Chilena de Líneas Aéreas (Achila), en una carta enviada al ministro del Interior, Andrés Chadwick.
En el gobierno no hay autocrítica. Dicen que la conexión VPN formaba parte de los requisitos de las bases de licitación y que garantiza los datos que se transmiten, asegura su neutralidad tecnológica y se evita la obsolescencia del sistema, de acuerdo a El Mercurio.
Desde la subsecretaría reconocen que se pueden presentar observaciones, pero dicen que lo que plantea Achila «carece de fundamento»…