El jeque Hamdan bin Mohammed, príncipe heredero de Dubai, ha elegido Twitter, donde tiene una cuenta con cuatro millones de seguidores, para anunciar el apoyo público decidido a la aerolínea estatal Emirates.
“Nuestra aerolínea nacional posicionó a Dubai como un hub global de viajes y tiene gran valor estratégico como uno de los principales pilares de la economía de Dubai, la mayor de Emiratos Árabes Unidos. Anunciaremos pronto más detalles sobre la inyección de capital”, argumenta en uno de sus mensajes.
En otro, comenta que Dubai renueva su compromiso con una «historia de éxito» que comenzó a mediados de los años 80 con el objetivo de “ocupar el trono mundial de la aviación». El Gobierno de Dubai «se compromete a apoyar completamente a Emirates en este momento crítico e inyectará capital a la empresa”, reitera. La reflotada Emirates es un gigante de 100.000 empleados, entre ellos 4.000 pilotos y 21.000 tripulantes de cabina.
Este salvavidas motivado por la crisis del coronavirus, aún por cuantificar, coincide con la petición de ayuda del sector aéreo en todos los rincones del planeta y la activación, aún tímida, de mecanismos de respaldo en Australia, Nueva Zelanda o Noruega, este último con la misión de salvar a Norwegian. Está en estudio la concesión de avales públicos y créditos blandos en Reino Unido, demandados por Easyjet o Virgin, e Italia se ha decantado por la nacionalización de Alitalia. También ha jugado fuerte Estados Unidos, con la apertura de líneas por 58.000 millones de dólares para su industria aérea…