Las aerolíneas estadounidenses siguen corriendo contra el reloj, a medida en que se acerca el plazo en el que vencen las restricciones para realizar movimientos internos, atadas al plan de ayuda estatal entregado en abril por el presidente Donald Trump.
Firmas como Delta Air Lines, Southwest, United y American han pasado meses negociando con sus empleados planes de retiro voluntario y de reducción de sueldos, antes de verse forzadas a despedirlos mientras buscan ahorrar y reajustarse a la nueva realidad que ha dejado el coronavirus.
Ello ocurriría el 1 de octubre, cuando ya expiran las condiciones puestas por el Ejecutivo para recibir los aportes. Después de ello, podrían incluso decidirse a realizar inversiones que hayan quedado paralizadas durante estos cinco meses.
Por ello, se especula que Delta -socia de la firma chilena Latam Airlines, que lleva a cabo un proceso de reestructuración en Nueva York- podría estar considerando ingresar al financiamiento DIP, tomando parte del aporte de US$ 900 millones ya propuesto por la otra socia, Qatar Airways.
Sin embargo, todo dependerá de si el mandatario estadounidense termina de impulsar -o no- un nuevo un plan para proporcionar otros US$ 25 mil millones en ayuda federal.
“Creo que es muy importante que mantengamos en funcionamiento las aerolíneas”, dijo Trump en una rueda de prensa en la Casa Blanca la semana pasada , cuando se le preguntó sobre su apoyo a esa idea.
Según medios locales, las dos cámaras del Congreso estarían a favor de entregar más recursos, considerando que las empresas del sector han advertido a más de 70.000 de sus trabajadores que sus puestos están en riesgo desde el 1 de octubre.
Si la propuesta es finalmente aprobada, las protecciones al empleo se extenderán hasta, al menos, marzo de 2021…