Con una opinión crítica respecto al futuro más inmediato, Bill Franke, fundador y presidente de Indigo Partners LLC, señala que los países de América Latina se encuentran inmersos en un periodo de oscurantismo marcado por la política y la evolución de la pandemia del COVID-19. Su opinión coincide con la evolución que tiene la enfermedad en la región con países como Brasil, Chile y el Perú, entre otros, con un explosivo aumento de casos que los Gobiernos parecen no controlar.
“Consideramos a América Latina como una oportunidad, si las circunstancias correctas están presentes… un futuro muy brillante que se está oscurecido por cuestiones políticas y COVID-19”, señala en una clase magistral denominada “Indigo Partners en la aviación y los viajes más allá del COVID-19” realizado por Centre for Aviation (CAPA).
Directo como se lo conoce, sus afirmaciones no hacen otra cosa que manifestar las oportunidades de crecimiento evidentes que tiene la región y los desafíos políticos pendientes. Por su realidad geográfica con grandes distancias y barreras naturales, la aviación es un medio de transporte fundamental para los países. En algunos lugares, las alternativas no existen y de existir, no entregan la eficiencia que demanda el comercio y las necesidades de viaje de un mundo interconectado. En términos políticos, continúa resaltando las soluciones pendientes en términos de excesiva regulación que existen en los países, la falta de estandarización de los protocolos y también acciones políticas que juegan en contra, incluso impulsadas por los propios Gobiernos.
América Latina es para Indigo Partners una región de oportunidades. Por algo, es la única parte del planeta donde mantiene dos líneas aéreas de ultra bajo costo y tarifas bajas (ULCC, por sus siglas en inglés): Volaris en México, por el norte, y JetSMART en Chile, por el sur. Con el desarrollo de ambas, el fondo de inversiones planea desarrollar un plan de conectividad aérea a nivel continental. Volaris ya extiende su red por Norte y Centroamérica, en esta última región con una base en San José de Costa Rica. JetSMART, por su parte, cubre todo Chile y tiene un plan de desarrollo internacional que incluye al Perú, Colombia, Brasil y también Argentina, donde posee una filial.
Según Franke, Brasil y Argentina tienen oportunidades, pero el escenario político juega en contra. En el primer país, destaca el tamaño de mercado y el interés que tiene el Gobierno por incorporar el modelo ULCC a su sistema aeronáutico. “La gente no comprende que Brasil continental es más grande que los Estados Unidos”, dice. Agrega que “hemos estado y seguiremos de cerca a Brasil”.
Respecto a Argentina, las opiniones son más severas. “Argentina es un desastre político en este momento”. Criticando las decisiones hacia la industria aérea, señala que “el sector de las aerolíneas está bajo una intensa presión reguladora ya que el Gobierno trata de abordar sus otros problemas”. En las últimas semanas, el país trasandino hace polémica por la petición de cierre temporal de las operaciones de pasajeros desde el aeropuerto El Palomar de Buenos Aires, el primer terminal aéreo de bajo costo de la región, y la decisión de prohibir la comercialización de pasajes y los vuelos hasta el 01 de septiembre, lo que agrava la situación frente a la crisis de la aviación como consecuencia del COVID-19 y la caída drástica de la demanda por las decisiones unilaterales de los pasajeros.
Para los meses más próximos, Franke señala que el escenario para los mercados globales estará marcado por un exceso de aeronaves por un periodo de dos años generando presión para fabricantes, compañías de leasing y las líneas aéreas, por los ajustes en las flotas que se realizarán. Lo anterior, incidirá en los precios de los aviones…