Aunque el gobernador de Durango, José Rosas Aispuro, atribuyó el «despiste» del Embraer 190 a una ráfaga de viento súbita, el director general de Grupo Aeroméxico, Andrés Conesa, aseguró que las causas se conocerán hasta que concluya la investigación correspondiente.
La versión del mandatario estatal sobre el accidente del vuelo AM 2431 y el posicionamiento de la aerolínea fueron dados a conocer en conferencias de prensa por separado, casi seis horas después de que ocurriera el suceso en las inmediaciones del aeropuerto de Durango.
Según Rosas Aispuro, el avión matrícula XA-GAL tomó pista y despegó hacia las 15:30 horas con destino a la Ciudad de México. Explicó que desde la Torre de Control se apreció que la aeronave levantó vuelo y “fue afectada por una ráfaga de viento que la hizo descender bruscamente”.
“Tocó tierra con el ala izquierda, desprendiéndose (sic) los dos motores (…). La aeronave se proyectó fuera de la pista desplazándose sobre el terreno y quedando aproximadamente a 300 metros de la misma”, abundó el mandatario estatal.
Añadió que la posición horizontal en la que cayó el avión permitió que los toboganes de emergencia fueran activados y la tripulación de cabina dirigiera la evacuación de los 99 pasajeros “antes de iniciarse el incendio de la aeronave”.
Acompañado por personal del Ejército Mexicano y de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), Rosas Aispuro acotó que este reporte tendrá que ser confirmado por la Comisión Dictaminadora de Accidentes e Incidentes de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC).
Aeronave, con chequeo reciente
Por su parte, Andrés Conesa informó que, desde la adquisición de la aeronave XA-GAL, ésta recibió los programas de mantenimiento respectivos, “como toda la flota de Aeroméxico».
“Su último servicio mayor se hizo en febrero pasado”, aseguró el director general de Grupo Aeroméxico.
El ejecutivo insistió en que las causas que provocaron la caída del vuelo AM 2431 deberán determinarse como resultado de las investigaciones que realizarán conjuntamente la DGAC, Embraer —compañía brasileña que construyó el avión— y personal de la Junta Nacional de Seguridad del Transporte de Estados Unidos, que proveerá asistencia técnica.
“Estamos colaborando con las autoridades competentes, particularmente con la DGAC, para determinar las causas del accidente”, indicó Conesa.
Conesa destacó la labor de tripulación –comandada por el capitán Carlos Galván Meyrán– y pasajeros, quienes implementaron de manera oportuna y eficiente los procedimientos de emergencia y evacuación.