Los cuellos de botella producidos por la congestión del tráfico aéreo en la Unión Europea aumentan la duración de los vuelos hasta un 30%, incrementando también las emisiones de CO2. De hecho, el 71% de los retrasos aéreos registrados en la UE en lo que va de año han sido causados por problemas estructurales del control del tráfico aéreo (ATC, por sus siglas en inglés), lo que supone un incremento del 114% en los minutos de demora en comparación con 2017. Esta situación ha afectado a más de 25 millones de pasajeros de las aerolíneas que conforman Airlines For Europe (A4E).
Así lo han informado en Bruselas los CEO de tres de las aerolíneas miembros de la organización, Willie Walsh, consejero delegado de International Airlines Group (IAG) -holding de British Airways,Iberia, Vueling, Aer Lingus y Level- ; Christina Foerster, consejera delegada de Brussels Airlines; Michael O’Leary, consejero delegado de Ryanair; y Thomas Reynaert, director general de A4E, quienes han destacado que “las constantes huelgas de los controladores aéreos, sumadas a estos problemas estructurales de ATC, continúan causando estragos, tanto a los pasajeros como a las aerolíneas”.
Entre otros datos, las aerolíneas destacan que, durante 2018, los pasajeros europeos sufrieron 19 millones de minutos de retaso, lo que equivale a un incremento del 104% respecto a 2017.
Las aerolíneas han puesto en marcha medidas para operar rutas alternativas y evitar así los cuellos de botellas en Alemania y Francia. “Desafortunadamente, esto ha aumentado los tiempos de vuelo, lo que también ha provocado un incremento innecesario del consumo de combustible y las emisiones de CO2”.
Según un informe medioambiental recientemente elaborado por la Unión Europea, en 2017, las ineficiencias estructurales en la red de tráfico aéreo provocaron un aumento de un 5,8% de las emisiones de CO2.
Retrasos en verano
Las aerolíneas están implementando varias medidas adicionales para mitigar el aumento de los retrasos este verano. Esto incluye medidas operacionales concretas para incrementar la eficiencia, tales como el repostaje de combustible durante el proceso de embarque, así como la inversión en más personal y flota dedicada a cubrir eventuales incidencias en Europa.
A4E ha señalado que, adicionalmente, las huelgas del sector aéreo en Europa complican de menara notable los problemas estructurales, provocando incidencias tanto a los pasajeros como a las aerolíneas.
“Por ejemplo, este año, las reiteradas huelgas llevadas a cabo por los controladores aéreos en Bélgica, skeyes, obligaron a cancelar más de 500 vuelos de las compañías que componen A4E, afectando a más de 200.000 pasajeros. Por otra parte, las continuas huelgas en el ATC afectan directamente a las futuras inversiones y mejoras en la gestión del tráfico aéreo europeo”, han afirmado.
«Es necesario que todas las partes afectadas por ATC trabajen juntas para buscar soluciones de manera inmediata que minimicen el impacto y el coste que estas huelgas tienen tanto en los pasajeros como en las compañías europeas”, asegura Christina Foerster, CEO de Brussels Airlines, al destacar que las aerolíneas europeas pertenecientes a A4E están invirtiendo millones de euros en medidas para estabilizar las operaciones de vuelo y «contrarrestar al menos parcialmente los retrasos causados por el control del tráfico aéreo en Europa».
Willie Walsh, CEO de IAG, ha agregado que «las medidas llevadas a cabo por los gobiernos europeos y los propios centros de control aéreo son escasas y llegan tarde. La modernización del espacio aéreo europeo es urgente y ha tardado demasiado. Necesitamos una solución a largo plazo no solo para mejorar los viajes de los clientes, sino para evitar las emisiones innecesarias de CO2…
Imagen: Twitter A4E