La Asociación Latinoamericana y del Caribe de Transporte Aéreo (ALTA), en el marco de su Asamblea General Anual celebrada este lunes, reunió a los principales ejecutivos de sus aerolíneas miembro, quienes dieron un repaso sobre la situación actual del transporte aéreo y la conectividad en Latinoamérica y el Caribe.
El cierre regional y las restricciones de viaje resultado del COVID-19 han afectado fuertemente la aviación, el turismo y las economías, poniendo en riesgo unos 6 millones de empleos, únicamente en el sector de los viajes y el turismo, y más de 110 mil millones de dólares de contribución al PIB de la región (de acuerdo con datos de WTTC). Un escenario muy complicado para la población y los países, mientras la evidencia demuestra que los viajes aéreos no son un vector para la propagación del COVID-19 y que la aviación es el medio de transporte más seguro y eficiente, incluso durante la pandemia. El estudio más reciente y exhaustivo, conducido por el Departamento de Defensa de los Estados Unidos, constató que –aunque se ocupen todos los asientos de la aeronave– cuando se está sentado y se lleva una mascarilla un promedio de 0.003% de partículas infectadas cruzan la zona de respiración del pasajero y el 99.99% de las partículas se filtran fuera de la cabina en un plazo de 6 minutos.
ALTA y sus miembros reiteran su compromiso con la seguridad y la salud de sus empleados, usuarios del transporte aéreo y ciudadanos; y su apoyo a las recomendaciones y mejores prácticas recabadas por el Grupo CART de la OACI.
ALTA insta a los gobiernos a que adopten un enfoque equilibrado basado en la evaluación de riesgos, eliminando las cuarentenas y estableciendo requisitos estandarizados de pruebas previas al vuelo, reabriendo las fronteras y permitiendo la entrada de viajeros de cualquier nacionalidad que lleguen por vía aérea.
En consonancia con los llamados de la industria, ALTA refuerza su mensaje en favor de un enfoque consistente globalmente con relación a las pruebas a los pasajeros internacionales como alternativa más eficaz frente a las medidas de cuarentena, ayudando así a restablecer la confianza de los viajeros, lo cual tendrá un notorio efecto beneficioso en el turismo y las economías locales.