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Los desafíos para la aviación comercial tras la desaparición del vuelo MH370

Aunque se trata de una industria segura, cada accidente obliga a introducir mejoras, dice el director de la IATA.

Tony Tyler*
La tragedia del vuelo MH370 nos ha consternado a todos. A través de los medios de comunicación, el mundo entero sigue la extraordinaria respuesta internacional. Llevamos en nuestro pensamiento a todos aquellos que iban a bordo, y acompañamos a familiares y amigos a lo largo de estas duras semanas.
La búsqueda se está realizando a una escala sin precedentes, y el esfuerzo de todos los que participan no es menos que heroico. Admiramos su valiente determinación y esperamos que consigan encontrar el avión.
Lo que debería haber sido un vuelo rutinario terminó en un suceso terrible. Por mucho que lo deseemos, no podemos cambiar el pasado. Nuestros colegas de Malaysia Airlines están al lado de los familiares de las víctimas para ayudarles a superar la pérdida. Es una tarea difícil, sobre todo ante tanta incertidumbre.
La industria de aerolíneas, sus actores y reguladores trabajan para resolver el misterio del vuelo MH370, descubrir la causa de su desaparición y encontrar soluciones para que no se repita otra tragedia como ésta. Es lo mejor que podemos hacer todos los que trabajamos en el mundo de la aviación para honrar la memoria de aquellos que iban a bordo.
En circunstancias «normales», las investigaciones pueden durar alrededor de un año. Pero en este caso, dadas las características de la zona donde el avión se perdió, puede que pase mucho tiempo antes de llegar a alguna conclusión.
Mientras, la especulación -que no ha cesado hasta ahora- no mejorará la seguridad operacional. Solo la caja negra puede ofrecer información real sobre los datos de vuelo y la conversación de los pilotos. Es prioritario encontrarla lo antes posible. No debemos precipitarnos en sacar conclusiones antes de que concluya la investigación.
Existen, sin embargo, dos cuestiones muy importantes que debemos abordar de forma inmediata.
La primera hace referencia al seguimiento de los aviones durante su trayectoria. En un mundo en el que se registra cada movimiento, es imposible creer que un avión pueda desaparecer sin dejar rastro y que la caja negra no se encuentre. Las mismas dudas surgieron con el vuelo 447 de Air France hace un par de años. Aunque se han producido algunos avances en este sentido, está claro que debemos acelerar nuestros esfuerzos. No podemos esperar a que desaparezca otro avión.
Pese a nuestras ansias por encontrar una solución, nuestras decisiones deben ajustarse a los estándares globales. No es momento de tomar decisiones apresuradas o soluciones locales. La Organización de Aviación Civil Internacional (OACI) ha elaborado una serie de procedimientos en esta dirección. Y no tengo ninguna duda de que los gobiernos desean encontrar una solución lo antes posible.
La industria de la aviación juega un importante papel al lado de la OACI en este esfuerzo. Para ello, IATA ha nombrado un comité de expertos que examinará todas las opciones para seguir la trayectoria de los aviones comerciales. El comité analizará la viabilidad del proyecto en función de la inversión, tiempo y grado de complejidad para lograr el alcance deseado. En un intento de ofrecer una solución urgente, y tras un cuidadoso análisis, esperamos tener resultados sobre esta investigación en diciembre.
La segunda cuestión que debemos abordar de manera urgente se desprende de los pasaportes robados.
La inteligencia es un elemento clave para la seguridad aérea. La seguridad es responsabilidad de los gobiernos. Unos 60 gobiernos exigen a las aerolíneas los datos de los pasajeros por anticipado. Las aerolíneas entienden que este control previo sobre los pasajeros es una medida de seguridad necesaria. De hecho, éstas colaboran en todo lo necesario para proporcionar a los gobiernos datos fiables, incluidos los datos de los pasaportes.
Pero a menudo me pregunto si los gobiernos los utilizan. El vuelo MH370 es un motivo para solicitar a estos gobiernos que revisen sus procedimientos de tratamiento de datos, como, por ejemplo, consultar la base de datos de la Interpol de documentos perdidos o robados. Instamos a los gobiernos a tomar medidas en cuatro áreas clave:
El requerimiento de datos de los pasajeros debe ajustarse a las normas que los gobiernos acordaron a través de la OACI. Los requisitos que no se ajusten a estos estándares deben ser eliminados, ya que complican el sistema y no proporcionan ningún beneficio para la seguridad.
Modernización de la recolección de datos. En un momento en el que las aerolíneas transmiten datos por vía electrónica, es hora de retirar definitivamente los múltiples formularios de papel que aerolíneas, pasajeros y transportistas deben completar.
Si todos compartimos el mismo escenario respecto de los detalles y el formato de los datos de los pasajeros, los gobiernos deben crear una ventanilla única armonizada para su envío.
Y, por último, los gobiernos deben analizar si el tratamiento de datos de los pasajeros mejora la eficacia y eficiencia de los controles fronterizos. Debemos ser capaces de medir las mejoras que se producen…

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