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FELIZ DÍA: Madres que vuelan para sacar adelante sus hijos

Cada vez que voy a encender un avión le pido a Dios que me traiga con vida para volver a ver a mi hijo, que es la razón de mi vida", comentó la capitana de Aviación de la Fuerza Aérea Hondureña (FAH), Ogla Cristel Reyes.

Aunque por muchos años a las mujeres se les negó el derecho de enrolarse en las filas militares, hoy cientos de féminas combinan la misión de ser madres con la adrenalina de la aviación en sus venas.

La capitana Reyes llegó a la Academia Militar de Aviación en 1999 con las aspiraciones puestas en ser piloto profesional, metas que ya logró gracias al esfuerzo y dedicación, pero ahora ya es madre y el sacrificio es doble, aunque más gratificante.

Ser piloto no fue nada fácil para Reyes, ya que en el país se vive en un ambiente muy machista, porque en el pasado los pilotos solo eran hombres; "pero las mujeres en este tiempo hemos demostrado que sí se pueden hacer las cosa", expresó.

Su criatura tiene tres años de edad y es quien la hace volar de alegría.
"Convertirse en madre es una de las satisfacciones más grandes que uno puede tener como mujer, aunque le cambia la vida por completo", confió.

Reyes comentó que antes la mandaban a misión y se iba sin ninguna preocupación, pero ahora cuando tiene que salir dos o tres días, se va con el pesar de dejar a sus hijos con otra persona, pero como madre militar y piloto tiene que dar su máximo esfuerzo.

"A veces llegamos cansadas a la casa, solo se quiere descansar, pero ahí están los hijos alegres de volvernos a ver y tenemos que cumplir con ese papel", expresó con una sonrisa de orgullo por su hijo.

Llegar a procrear hace que las mujeres se vuelvan más responsables, "le agarramos más cariño al trabajo, porque ya no se hacen las cosas solo por uno, si no por los hijos; por eso cada vez que voy a encender un avión, le pido a Dios que me traiga con vida para volver a verlo porque es la razón de mi vida".

La aviadora con voz firme expresó que "los aviones son máquinas que han sido creadas para ser piloteadas por un ser humano, no importa que este sea hombre o mujer, todos tenemos la misma capacidad y como madres tenemos doble responsabilidad para realizar las misiones que se nos encomiendan".

MOTORES

Pero la vida de Reyes depende de otra madre de familia, Lilian Antonia Morales, quien es suboficial y maestra de la FAH, mecánica de aviación y especialista en motores turbohélice.

Llegó como una mujer soltera en febrero de 1996, cuando se dio la primera oportunidad para féminas en las Fuerzas Armadas, especialmente en la mecánica de aviación; "trabajar en un motor es algo sensacional y eso me llevó a ir estudiar a Estados Unidos, Brasil y Chile", comentó.

Envuelta en esa pasión de la mecánica, procreó a sus tres hijos de cinco, cuatro y un año y medio.

"Como madre de tres hijos he tenidos que distribuir mi tiempo, soy madre, esposa, estudiante universitaria y también me toca trabajar", afirmó.
Con sentimientos conjugados entre la emoción y el miedo, indicó: "Mi hijo menor solo tiene un año y medio, y cuando mira al director de la Escuela Técnica le hace el saludo, me preocupa, porque me pregunto si va a querer ser militar ("¦) yo lo quiero médico".

Su responsabilidad es doble, ya que aparte de saber guiar a sus hijos, también en sus manos están las vidas de los pilotos de los aviones que repara.

"Una falla técnica puede ser fatal para familias y la institución", reconoció.

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