La línea aérea Malaysia Airlines afronta la última fase de su proceso de reconversión un año después del derribo, el 17 de julio de 2014, supuestamente por tropas rusas, del avión que cubría el vuelo MH17 sobre Ucrania con 298 personas a bordo.
El plan lo dirige el alemán Cristoph Mueller, CEO de la compañía desde mayo, y concluirá en septiembre con la renovación total de la empresa tras esa tragedia y la desaparición el 8 de marzo del año pasado en el Indico de otro avión, el MH370, con 239 ocupantes.
A los pocos días de llegar a su nuevo puesto, Mueller declaraba que «la compañía se encontraba en una situación financiera más complicada de lo que pensaba» y que había «que emprender acciones rápidamente».
Mueller se ha enfrentado sin contemplaciones al calendario previsto en el plan para lograr la reconversión de la antigua Malaysia Airlines System (MAS) en la nueva matriz Malaysian Airlines Berhard (MAB), que estará operativa el 1 de septiembre.
Las principales medidas tomadas por el alemán han tenido el propósito de redimensionar la compañía.
Tras acometer desde junio un recorte drástico en el número de trabajadores de la plantilla -6.000 de los 20.000 trabajadores han sido despedidos- y eliminar el 20% de los costes estructurales, los esfuerzos se centran ahora en ajustar los destinos de los vuelos.
También se revisará la zona de influencia de la nueva compañía, se reducirá el tamaño de la flota, y de los aviones de la misma, y se apostará de manera decidida por el rendimiento de los ingresos.
El proceso de reducción de plantilla no ha sido fácil pero a principios de este mes la compañía informaba de que el 98% de los 14.000 antiguos empleados de MAS han aceptado las condiciones laborales para incorporarse a la nueva empresa.
Mueller ha buscado preservar su independencia de las injerencias políticas que tanto daño han causado a la aerolínea y trabaja en la creación de un equipo propio que le permita acometer sin concesiones su programa para rectificar la desastrosa gestión de la compañía.
Antes ya del derribo del MH17, cuando cubría el trayecto Kuala Lumpur-Pekín, y la desaparición del MH370, en ruta hacía Kuala Lumpur desde Amsterdam, las pérdidas netas acumuladas de la compañía desde el año 2001 ascendían a dos billones de euros…
