Los caminos hacia Santa Lucía son difíciles. Con una distancia desde el centro de la ciudad tres veces superior a la del actual Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM), el reto del nuevo aeropuerto será facilitar la llegada y salida de más de 50 millones de pasajeros para 2022, para cuando estima su inicio de operaciones, y de 130 millones para 2062, en su capacidad máxima.
El punto de partida al elaborar un plan de movilidad para un aeropuerto es el usuario. Fernando Páez, director de operaciones de la organización World Resources Institute (WRI) México, explica que se identifican tres tipos de usuarios: los pasajeros aéreos, los acompañantes (que, en el contexto latinoamericano, son habituales) y los empleados del aeropuerto.
Los hábitos de movilidad cambian significativamente entre varios tipos de usuarios. Los datos de las autoridades refieren que aproximadamente 70% de los pasajeros llega y sale del aeropuerto en automóvil privado, taxi o motocicleta), mientras que 80% de los empleados se mueve en transporte público.
Para dar con una solución a la medida de cada futuro usuario del aeropuerto, el gobierno federal ha planteado una estrategia de conectividad y movilidad de 10,007 millones de pesos (mdp), 14% del presupuesto del proyecto.
Las propuestas
El plan maestro de desarrollo del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles contempla alternativas de movilidad que pueden ser divididas en dos rubros: vialidades y medios de transporte, donde se prevé el uso de un sistema de Bus Rapid Transit (BRT, como el Metrobús), de Suburbano, así como de autobuses locales y foráneos.
Hay seis proyectos de vialidades que el proyecto contempla construir o modernizar, por un monto de al menos 23,955 mdp –que excede por sí solo el 14% del presupuesto. De éstas, la apuesta más importante es una vialidad de interconexión confinada con dos carriles iluminados y señalizados con 38.33 kilómetros de longitud, trazo que se encuentra elevado en 43.5% de su longitud total, y 56.4% a nivel del terreno.
El plan es contar con la capacidad para transportar a un pasajero del AICM al aeropuerto en Santa Lucía en 45 minutos, a una velocidad de 80 km/h con autobuses saliendo cada cinco minutos. Con este esquema se estima transportar una media de 360 pasajeros por hora, con la capacidad de incrementar el flujo vehicular conforme a la demanda.
En este punto es donde se identifica uno de los principales problemas de la propuesta, debido a que el flujo de 360 pasajeros por hora es una oportunidad desperdiciada para conectar al resto de la región, considera Gonzalo Peón Carballo, director del programa México de Instituto de Políticas para el Transporte y el Desarrollo (ITDP, por su sigla en inglés)….