Las mujeres, como los hombres, deben tratar de hacer lo imposible. Y cuando no logran hacerlo, su fracaso debe ser un desafío para los demás”
Esta fue tan solo una de las célebres frases de Amelia Earhart, quizá una de las pilotos más famosas y cuya historia la recuerda cómo la primera mujer en volar sola el Océano Atlántico y sin escalas, antes de su misteriosa desaparición.
8 de marzo, Día Internacional de la Mujer, no se felicita, pero se conmemora. Se conmemora la ardua lucha de cientos de mujeres que han buscado y continúan buscando igualdad de oportunidades y derechos frente al varón, ideales de paridad y equidad, de los cuales muchos, siguen siendo utópicos.
A lo largo de la historia, el sexo femenino ha tenido injerencia en el mundo aeronáutico, desde los primeros vuelos en globo aerostático, hasta hoy en día como comandantes de aeronaves civiles y militares.
De acuerdo a la Sociedad Internacional de Mujeres Pilotos de Líneas Aéreas (ISWAP por sus siglas en inglés), únicamente un 5% de pilotos de aerolíneas son mujeres en el mundo, esto quiere decir que por cada 20 vuelos que usted tome, solamente uno de estos será piloteado por una mujer.
De acuerdo a la Administración Federal de Aviación en los Estados Unidos (FAA) un 12% de los estudiantes piloto son mujeres en ese lugar, en donde la industria es la de mayor dimensión a nivel global.
El país con mayor número de pilotos femeninas es la India, con un 13% de mujeres en las plantas laborales de las principales aerolíneas.
Aunque estos datos siguen siendo bajos y desproporcionados, cada vez son más las mujeres que deciden estudiar la carrera de piloto aviador y empezar a surcar los cielos en las distintas partes del mundo, ya sea transportando pasajeros, carga, o en aeronaves militares, acrobáticas y de paracaidismo.
El empoderamiento de la mujer en los últimos años, ha traído aparejado el rompimiento de ciertos estereotipos con ideales misóginos que lamentablemente nos recuerda la historia, sin embargo y como resultado de la constante evolución social, se sabe y se comprueba una vez más que las labores realizadas por un piloto hombre, pueden ser también ejecutadas en exactitud por una mujer.
A pesar de que el número de pilotos femeninas que trabajan actualmente en la aviación va en constante aumento, esta nunca ha sido ajena al mundo aeronáutico, inclusive ha incursionado desde sus inicios.
Historia de las mujeres en aviación
Curiosamente existe una palabra para nombrar a las mujeres piloto: “aviatrices” proveniente de “aviatrix”, sin embargo esta palabra nace del idioma inglés y el Diccionario de la Lengua Española no la integra como tal.
Si bien, la aviación como industria no comenzó a desarrollarse hasta inicios del siglo XX, los primeros datos históricos que se tienen, determinan que la primera mujer en volar fue la francesa Élisabeth Thible, la cual sobrevoló en un globo aerostático la ciudad de Lyon en 1784.
A principios del siglo XIX, otra fémina francesa de nombre Sophie Blancard, fue la primera mujer en desarrollar una carrera como “aeronauta” de globo aerostático, inclusive años después (1810) fue nombrada por Napoleón Bonaparte como “Aeronauta de Eventos Oficiales” y sus funciones radicaban en la realización de espectáculos aéreos que eran ofrecidos por dicho emperador a sus súbditos.
Otra mujer destacada en la aviación (y poco conocida) fue Katherine Wright “la compañera silenciosa”, hermana de Wilbur y Orville, los creadores del primer aeroplano impulsado con un motor en 1903. Katherine apoyó a sus hermanos económica y emocionalmente durante sus muchos proyectos. Rápidamente, ella comenzó adentrándose en la aeronáutica y en los bastos descubrimientos de su familia, su carácter extrovertido y amigable ayudó a promocionar el trabajo de sus hermanos en Europa, ya que ellos eran más tímidos.
En 1910 Raymonde de Laroche fue la primera mujer que obtuvo una licencia de piloto y seguida de ella, más mujeres comenzaron a obtener sus licencias y a volar aeronaves acrobáticas, de exhibición, y combate.
En la década de los años 30 la estadounidense Ellen Church, quien se desempeñaba como piloto y enfermera, propuso a los ejecutivos de empresas que funcionaban como taxis aéreos que permitieran a las mujeres ejercer funciones de servicio abordo, después fue contratada por una de estas empresas junto con otras 7 mujeres, convirtiéndose en las primeras sobrecargos a nivel mundial.
Durante esa misma década Hellen Richey se convirtió en la primera mujer piloto en ser contratada por una aerolínea en los Estados Unidos.
En la Segunda Guerra Mundial, distintas mujeres participaron en como pilotos, mecánicos y controladoras aéreas, incluso en los Estados Unidos se estableció un grupo llamado Women Airforce Service Pilots, cuyas funciones radicaban en realizar pruebas en aeronaves de combate y entrenar otros pilotos…
(Imagen: Transponder1200.com)