Rolls-Royce, en colaboración con easyJet, ha dado un paso crucial en su programa de investigación para el desarrollo de tecnología de motores de combustión de hidrógeno destinados a aviones comerciales. Esta iniciativa tiene como objetivo impulsar una flota de aviones, incluyendo aquellos de fuselaje estrecho, hacia la utilización del hidrógeno como combustible para mediados de la década de 2030.
En un esfuerzo por alcanzar esta meta, Rolls-Royce ha iniciado una serie de pruebas centradas en sistemas de bombeo criogénico de hidrógeno líquido, ubicadas en Solihull, Reino Unido. Estas pruebas buscan abordar los desafíos técnicos que conlleva el manejo del hidrógeno líquido a baja presión y a temperaturas extremadamente bajas, alrededor de -250°C, preparándolo para su uso como combustible en motores aeroespaciales.
La compañía ha identificado tres desafíos tecnológicos clave en esta travesía hacia la implementación del hidrógeno en la aviación: la combustión, el suministro y la integración de sistemas de combustible en el motor. Es fundamental asegurar que todos estos elementos funcionen de manera segura y efectiva en conjunto.
En septiembre pasado, en Colonia, Rolls-Royce logró un avance significativo al realizar pruebas exitosas con un motor Pearl 700, demostrando la viabilidad de la quema de hidrógeno en condiciones que simulan el máximo empuje durante el despegue. Las pruebas actuales en Solihull se centran inicialmente en el enfriamiento de la bomba y en comprender su comportamiento en condiciones criogénicas, marcando el inicio del entendimiento del suministro de combustible. Está previsto que estas pruebas continúen a principios del próximo año.
Simon Burr, Director del Grupo de Ingeniería, Tecnología y Seguridad de Rolls-Royce, expresó que “seguimos progresando de manera constante en nuestra exploración del hidrógeno en colaboración con easyJet. Esta oportunidad representa un papel clave en la transición energética de la aviación, y estamos plenamente comprometidos en comprender su potencial»…