Profesores, médicos y empresarios no han podido asistir a congresos o cursos ni traer invitados especiales
A un año de que se iniciaran las negociaciones con las aerolíneas internacionales por la elevada deuda "“4,1 millardos de dólare"“ que el gobierno mantiene con estas empresas y que les impide hacer las repatriaciones de ganancias a sus casas matrices, la situación no ha mejorado.
Los hechos hablan por si solos: la frecuencia de vuelos semanales al exterior se ha reducido 58,5%. El año empezó con 352 vuelos semanales disponibles para diferentes lugares del mundo y siete meses y medio después la oferta es de 146 vuelos. También se han perdido asientos. De 57.105 que se disponían ahora hay 27.310, lo que representa una caída de 52,1%, según la Asociación de Líneas Aéreas de Venezuela.
Diciembre fue el último mes en el que la conectividad de Venezuela con el resto del mundo mantuvo su ritmo habitual. A partir de enero comenzaron las primeras reducciones. Compañías como Air Canadá y Alitalia optaron por suspender operaciones en Venezuela, aunque esta última tiene previsto regresar. Otras como Lufthansa interrumpieron la venta de boletos y American Airlines disminuyó de manera drástica su frecuencia a 79,1%.
La Asociación Internacional de Transporte Aéreo (IATA, por sus siglas en inglés) ha exigido en varias oportunidades al gobierno venezolano que emprenda acciones concretas para permitir la repatriación. Su presidente, Tony Tyler, ha advertido sobre las consecuencias que tendría para el país que no se cancele la deuda. "Venezuela corre el riesgo de desconectarse de la economía global", expresó.
La falta de disponibilidad de boletos para destinos internacionales ha incidido en todos los ámbitos, no solo el turístico. Educadores, médicos y empresarios resienten los problemas suscitados con las líneas aéreas por la falta de pago. Olga Ramos, presidente del Observatorio Venezolano de Educación, afirmó que para un profesor adquirir e intercambiar conocimientos con sus homólogos de otros países es fundamental.
"Una de las vías para la actualización del saber, la más rica y basta, es poder aprender de otros, viajar para formarse en una universidad extranjera, integrar grupos internacionales de trabajo, presenciar la ejecución de nuevas técnicas y conocer la tecnología e investigaciones de punta que utilizan en otros países en las diferentes áreas. Sin embargo, la restricción de boletos limita esa posibilidad a los educadore", dijo.
Cristian Puig, secretario general de la Universidad Simón Bolívar, señaló que tampoco pueden invitar figuras del ámbito académico o investigadores de talla mundial porque no hay boletos o los disponibles son extremadamente costosos para las universidades. "La situación repercutirá en la formación de los estudiantes. Un profesor actualizado y al tanto de los avances en las investigaciones, que haya compartido con investigadores, observado técnicas y logros contará con preparación mas valiosa para compartir con sus alumno"…