Brasil continúa destacando en la región por tener una política proactiva hacia la aviación durante a la crisis. A los créditos que se disponen a través del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDES), postergación de cánones aeroportuarios y del beneficio para que las líneas aéreas extiendan el plazo para reembolsar pasajes, se suma ahora la reducción de impuestos a los viajes internacionales.
Todas las medidas están orientadas a mitigar el impacto de la crisis en el sector. La acción política se interpreta como un reconocimiento del Gobierno de Brasil al valor que representa la aviación, así como su compromiso con mantener la continuidad y desarrollo de la industria aérea como herramienta para estimular la economía y garantizar la conectividad del país.
Tras la firma de la medida nº 925 por parte del Presidente Jair Bolsonaro, Brasil elimina el impuesto de US$18 para viajes internacionales con el fin de estimular la demanda y el turismo con precios de pasajes aéreos finales más bajos. La medida rige a partir de 2021 y está en directa sintonía con la intención del Gobierno para incentivar el transporte aéreo con la inclusión de líneas aéreas de bajo costo y tarifas bajas (LCC, por sus siglas en inglés).
Actualmente, Brasil no tiene compañías aéreas representantes de este segmento. Si bien GOL nace como una LCC migra hacia un modelo de negocio más híbrido, similar al que posee Azul y LATAM para vuelos domésticos. En términos generales, se puede afirmar que la última LCC/ULCC de ese país es Webjet, adquirida por GOL.
Brasil está creando condiciones para atraer a distintas LCC y las acciones comienzan a tener resultados positivos con la llegada de Flybondi, JetSMART y SKY a distintas ciudades del país vuelos internacionales desde Argentina y Chile, respectivamente. Ahora, se agrega el interés de JetSMART por ingresar como operador local después de su ingreso en el Perú, como parte de su proyecto por establecer un modelo ULCC sudamericano.
En materias de ayudas, el Fondo Nacional de Aviación Civil puede ser utilizado como garantías de préstamos para toda la industria aérea de manera transversal y transparente. Al igual como la Ley CARES (Coronavirus Aids, Relief Economic and Security Acts) de los Estados Unidos, se disponen de US$526 millones para las líneas aéreas, los aeropuertos y los proveedores para que puedan asegurar su continuidad y mantener en la medida de lo posible los empleos.
La industria aérea valora las ayudas y las políticas que promueven un desarrollo del transporte aéreo porque representan un aporte a la necesaria reactivación económica de los países de América Latina. Con cinco meses de paralización, la aviación se encuentra en una fase más que crítica que amenaza seriamente con el término de muchas empresas y la destrucción de fuentes de trabajo, ya que los ingresos se han agotado y se necesita liquidez para cubrir los costos.
La Asociación de Transporte Aéreo Internacional (IATA) dice que a julio las líneas aéreas se han consumido reservas en efectivos por US$61.000 millones sólo en el segundo trimestre 2020. Con una reactivación que está limitada por los Gobiernos por la mantención de las restricciones de viaje y de movilidad, son estos los que deben proporcionar un apoyo económico urgente que, al menos en América Latina, es extremadamente escaso.
A nivel mundial, la ayuda de los gobiernos alcanza en total US$123.000 millones lo que equivale al 14% de los ingresos totales de las líneas aéreas en 2019, tomando como una base US$838.000 millones. Los países de América Latina y el Caribe han comprometido ayudas gubernamentales por alrededor US$300 millones lo que equivale al 0,8% de los ingresos de la región en 2019 (o US$38.000 millones). Se trata de los aportes más bajos a nivel mundial y los pocos montos están entregados por los liderazgos que exhiben en la materia países como Brasil y Colombia…