Chile permanece desde esta semana y durante todo abril con sus fronteras cerradas debido al aumento de contagios que experimenta el país. La medida, que rige tanto para chilenos, residentes y extranjeros, fue anunciada la semana pasada por las autoridades y comenzó a regir desde las 5 am del lunes.
En el caso de chilenos y extranjeros residentes, solo se permiten viajes en caso de motivos urgentes y calificados de carácter humanitario, tratamientos de salud o gestiones imprescindibles para la marcha adecuada del país. Mientras que a los extranjeros no residentes en Chile, se les prohibe durante 30 días su ingreso con excepción de aquellos debidamente autorizados por la autoridad consular chilena en el país de origen, bajo criterios sanitarios fundados emitidos por la autoridad sanitaria.
La medida ha generado reacciones desde la industria. La Asociación Chilena de Líneas Aéreas (Achila) llamó a las autoridades a trabajar en conjunto “con miras a diseñar un plan de reactivación efectivo y coordinado para vuelos nacionales e internacionales cuando el proceso de vacunación surta los efectos esperados, que incluya incentivos para volar y posibles alivios en costos, única manera de mitigar las consecuencias que la pandemia ha ocasionado en la actividad, y de recuperar paulatinamente la conectividad y turismo del país, esencial para el empleo de miles de chilenos y la economía nacional», informó el medio Diario Financiero.
Además, indicaron que “las nuevas medidas implican para la industria aérea y sus cadenas asociadas un impacto más fuerte que las adoptadas en marzo y noviembre de 2020, cuando chilenos y extranjeros residentes no tenían restricciones de ingreso y salida”.
Tanto LATAM, como SKY y JetSMART informaron una reducción de sus operaciones internacionales debido a la medida.
Branko Karlezi, subgerente de Comunicaciones y Servicio al Cliente de Nuevo Pudahuel, la concesionaria del aeropuerto de Santiago, en entrevista con radio Pauta, señaló que si bien apoyan y siguen las medidas adoptadas por las autoridades, han sentido el impacto de la pandemia en la reducción considerable del número de pasajeros que transita por el principal terminal aéreo del país.
“Tenemos 6 mil, 7 mil pasajeros al mes internacionales cuando antes eran 35 mil. El 31 de marzo llegó un vuelo con 12 pasajeros y el 1 de abril otro con 80. Lo que sí son importantes son las cargas de esas aeronaves que vienen con alimentos, medicamentos o enseres que son necesarios para el país”.
Karlezi agregó que al «igual que el aeropuerto está al borde de la quiebra, las aerolíneas están pasando realmente por un momento muy complejo. Un caso muy doméstico por ejemplo, el vuelo a Australia que antes lo manejaba LATAM y Qantas, se encuentra eliminado totalmente, y un vuelo que antes costaba 500 mil pesos con 15 horas de vuelo, hoy existe pero con un costo de 3,5 millones de pesos y con 35 horas de viaje. Vuelo a Mendoza no hay. Hemos perdido 4 aerolíneas para siempre y 35 rutas hasta el momento”.
Reiteró que si bien apoyan las medidas, porque la salud está primero, van a tener consecuencias a mediano y largo plazo en la conectividad del país. “En el segundo semestre cuando el proceso de vacunación haga efecto, los pasajeros se van a encontrar con que la democratización de los cielos que ha trabajado Nuevo Pudahuel va a tener un retroceso importante”.
