Howard Johnson Argentina inauguró en el barrio de Abasto (Buenos Aires) su hotel número 42 hace pocas semanas y hay 25 que están en construcción, algunos de ellos próximos a su apertura, como el caso del hotel termal en Dolores. Alberto Albamonte, presidente de la empresa, habló con HOSTELTUR LATAM de la “complejidad” del negocio hotelero en el país, no solo por los vaivenes económicos, sino por la existencia de impuestos “disparatados” y la falta de previsibilidad que atenta contra las inversiones.
¿Cómo está viendo a la hotelería en Argentina?
La hotelería en general es algo que esquivo de comentar, porque como es una actividad tan compleja y hay tanta disimilitud entre un proyecto y otro que es difícil hablar de esta actividad como si fuera un todo. La realidad es que hay hoteles a los que les va muy bien y otros a los que le va muy mal. Nosotros tenemos varias ventajas: en primer lugar somos la cadena mas grande de Argentina, entonces cualquier operador que llega por primera vez al país habla con los que tienen mas capacidad; después, pertenecemos a Wyndham Hotel Group que es la cadena más grande del mundo con 9.300 hoteles en 89 países y eso también nos alimenta de una gran cantidad de reservas.
Pero además Howard Johnson es una marca que ya está instalada.
La hemos construido con mucho sacrificio y esfuerzo. Nuestro personal además de estar bien pago, está muy bien capacitado, y le abrimos las puertas a aquel que realmente tiene condiciones y vocación hotelera. Con nosotros pueden crecer, de hecho tanto en Europa como en Estados Unidos hay muchos ex Howard Johnson que están trabajando.
¿Cuál considera que ha sido el impacto de la devaluación en el sector?
Lo que veo es que el receptivo se está incrementando; se incrementó bastante rápido, alrededor de un 8%, el receptivo limítrofe, sobre todo Brasil y Chile. El receptivo grande, que más nos interesa porque tienen estadías más largas e invierten más dinero también subió un 3%, y creo que va a seguir creciendo sostenidamente. En Argentina pasan estas cosas: un día somos el país más caro y de pronto pasamos a ser baratos. Lo importante es que la gente venga a Argentina pero también que la gente viaje al exterior, no soy de aquellos que piensan que hay que impedir que el argentino viaje, tenemos que vivir en un país donde, mientras se cumpla con la ley, tengamos total libertad.
Por su posición y el crecimiento de la cadena está en contacto directo y diario con inversores ¿ve que se haya desinflado el ánimo que había a principio de año?
Te diría que en todas las actividades que requieren inversión se está mirando qué pasa, porque lo que más atenta contra la inversión es el no tener claro cuáles son las reglas hacia el futuro. Eso paraliza, porque uno no puede planificar adecuadamente si saltamos de una tasa del 7% a una del 40%, por ejemplo. Obviamente va a haber inversores que habían hecho números finitos que se van a parar, y eso es muy malo para el país.
¿Hay solución, cree que estamos encaminados?
Hemos pasado por un huracán, una tormenta terrible. Para mi gusto uno de los errores del gobierno es no haber hecho un balance real de lo que estaban encontrando al momento de tomar el poder. De cualquier manera, hay que arremangarse y ponerse a trabajar, esto no va a ser fácil, ni gratis. Creo que tenemos que ir caminando hacia una política económica previsible, una política económica bien planteada de cara a la sociedad. Argentina es un país con mil posibilidades, no puede ser que tengamos 30% de pobres, se nos tendría que caer la cara de vergüenza. Se necesita una fuerte inversión en educación, con universidades exigentes, para tener egresados que cuando se reciban tengan 10 empresas haciendo cola para contratarlo. Si damos educación vamos a lograr un mejor nivel de vida para todos los argentinos.
Uno de los temas que cuestiona el sector, y que repercute en la rentabilidad de los hoteles, tiene que ver con los derechos de autor. Recientemente se multó a SADAIC por los altos aranceles que cobra a los hoteles ¿Qué es lo que hace falta para contener a los empresarios en materia de derechos de autor?
Hace falta justicia, porque es un total disparate que, por ejemplo, un señor que se aloja en una habitación de hotel con un televisor tenga que pagar SADAIC. Es una barbaridad, pero no es la única, hay otras entidades que se aferran a eso para tener una recaudación fácil. La ultima, que es realmente lamentable, es la que inventó un actor kirchenerista (Pablo Echarri) con muy buena llegada a la ex presidenta de Nación y se inventó una organización (SAGAI) que recauda fortunas sin ningún sentido, porque creo que nadie viene a este hotel a mirar una telenovela, con toda honestidad, son abusos…