Como estaba previsto, Joon cerró sus puertas. Este miércoles 26 de junio, la división híbrida de largo alcance y rutas medias de Air France efectuó su último vuelo, poniendo fin a un experimento de algo más de un año mediante el cual se buscaba competir con la expansión de las compañías de bajo costo y tarifas bajas (LCC, por sus siglas en inglés) en los tramos medios y de larga distancia. Respetando el itinerario programado, los últimos servicios arribaron a París (CDG) pasadas las 22:00 horas procedentes desde Praga y Roma, respectivamente.
Buscando el menor impacto posible, prácticamente no hubo una mayor despedida para esta línea aérea, sino que esta se da principalmente desde los propios clientes o entusiastas de la aviación que, a través de las redes sociales, expresaron agradecimientos a la empresa y su personal durante un año y medo de servicio. Ya en abril, algunos vuelos de Joon prácticamente no guardaban mayor diferencia con uno de Air France, especialmente en los de corto-medio alcance, pese a que el avión, sus interiores y la imagen exterior fuese distinta. De esta manera, se hacía una directa asociación a la transferencia que se produciría en un plazo no superior a 60 días.
A pesar de que comúnmente se la asoció con una LCC, Joon fue una compañía aérea híbrida diseñada para atender rutas con una demanda más sensible al precio, principalmente aquellas del tipo vacacional o de V.F.R. Esa fórmula básicamente respondió a la necesidad de no afectar tanto el producto de Air France, habitualmente asociado con altos estándares de servicio y un producto claramente tradicional (legacy). Para su comercialización, se optó por desarrollar un producto que fuese atractivo al segmento de viajeros que intentaba capturar, tomando como referencia la generación “millenial” sobre la cual se desarrolló el concepto de línea aérea moderna y todos sus productos.
Pese a su promoción, la nueva administración a cargo de Benjamin Smith (CEO de Air France – KLM) reconoce en enero dificultades para posicionar la idea por los costos que generaba en un plan que privilegia el ahorro y por la dificultad de entenderla por parte de los clientes, el mercado, los empleados y los inversionistas. En ese contexto, y con fortalecimiento de marcas que está realizando Air France – KLM Group, la mantención de Joon no tenía lugar. “Desafortunadamente debilita la marca Air France”.
Al cierre, Joon mantenía una red no menor con vuelos desde París (CDG) hacia Bergen, Berlín (TXL), Barcelona, Budapest, Ciudad del Cabo, El Cairo, Estambul (IST), Fortaleza, Lisboa, Porto, Mahé, Mumbai, Nápoles, Oslo, Quito, Roma y Teherán (descontinuado previo al cierre). Su flota estaba conformada por ocho Airbus A320, cinco A321 que debieran volver a Air France, además de cuatro A340-300, cuyo destino final no estaría del todo claro considerando la llegada de los Boeing 787-9 y los A350-900.
Si bien a nivel global su impacto no es tan significativo, si es importante en América Latina. Con el servicio de Joon, Air France amplió sus operaciones en la región abriendo rutas a Fortaleza y a Quito. En la primera, la operación conjunta con GOL permite a los clientes de la región –especialmente del nororiente de Brasil- contar con un nuevo punto de conexión hacia Europa y al mundo, a través del hub en París (CDG). Para los pasajeros chilenos, la oferta de Joon fue accesible mayoritariamente en vuelos de conexión intra-europeos…