Hasta el momento seis consorcios internacionales se han involucrado en la licitación. Seis consorcios, Grupo Pudahuel (Icafal, Echeverría Izquierdo y Ferrovial), Astaldi, Grupo Costanera, Agencias Universales (ligada al grupo Agunsa), Sacyr y la brasileña Invepar, se han inscrito para la precalificación técnica.
El nuevo aeropuerto de Santiago Arturo Merino Benitez, que comienza su construcción en septiembre de 2015, ya cuenta con las exigencias que debe disponer para esa fecha: Acceso a internet inalámbrica gratuita y con disponibilidad total en la superficie del recinto, un sistema de buses con traslados gratuitos entre la losa y los edificios administrativos, además de estacionamiento con pago vía tag para que los viajeros no pierdan tiempo.
Estos requisitos son los que la autoridad le exigirá al nuevo operador de la concesión, que también deberá cumplir con niveles que parten en estándares mínimos aceptables del 95% en algunos casos, hasta 95,5% en los servicios más crÃticos, según las bases de licitación del proyecto.
Según informa El Mercurio, hasta ahora, el actual aeropuerto exige este tipo de prestaciones, pero no está obligado por contrato a cumplir un estándar determinado; es decir, el contrato no establece cuál es el mínimo aceptable de servicio.
El aeropuerto de Santiago tendrá una superficie total de 305 mil metro cuadrados, podrá trasladar hasta 30 millones de pasajeros al año y demandará una inversión total superior a los US$ 660 millones, esperándose su puesta en servicio, en una primera etapa, para junio de 2018.
Hasta el momento seis consorcios internacionales se han involucrado en la licitación. Seis consorcios, Grupo Pudahuel (Icafal, Echeverría Izquierdo y Ferrovial), Astaldi, Grupo Costanera, Agencias Universales (ligada al grupo Agunsa), Sacyr y la brasileña Invepar, se han inscrito para la…