El Lloyd Aéreo Boliviano (LAB), la emblemática "línea aérea bandera" del país, se levanta como el ave fénix. Bajo la premisa de que jamás se «estuvo en quiebra», luego de cinco años de silencioso trabajo de la gerencia general, junto a la Federación de Trabajadores de dicha entidad y al desprendimiento de un inversionista boliviano, ahora sus ejecutivos solo esperan el sí de la Dirección General de Aeronáutica Civil (DGAC), para iniciar sus operaciones, de manera inmediata.
«Actualmente se encuentra en pleno proceso de recertificación impuesta por la autoridad de la DGAC que se encuentra en una dilación incomprensible desde el año pasado o sea desde mayo del 2017», asegura Orlando Nogales Nogales, gerente general del LAB. La DGA debe "reestablecer" el Certificado de Operador Aéreo (COA) y el permiso de operación.
Y para muestra un botón. El Día en su visita a Cochabamba, estableció que la empresa ya cuenta con tres aviones, uno de ellos: un Boeing 727-200 C.P. 1366 de 164 pasajeros, está lista para surcar los cielos de Bolivia y el mundo a partir del mes de abril.
El avión se encuentra en el hangar del LAB, cuyo servicio de puesta a punto de la aeronave está en manos de la empresa SAE (Servicios Aeronáuticos Especializados).
«Si la DGAC, nos sigue demorando, estamos pensando alquilar. Este avión debe volar, sí o sí», argumenta Nogales, haciendo hincapié a parámetros técnicos y las normativas propias de la aviación…