A las aerolíneas brasileñas las hace felices que usted pueda soportar su vuelo con un niño retorciéndose sobre su falda. Le cobrarán, inclusive, por ese privilegio.
Si bien la mayoría de los operadores impone precios de pasaje completo a los pasajeros menores de 2 años de edad sostenidos por un adulto, el sector quiere el derecho a cobrar una tarifa más alta a los llamados viajeros no sentados. Actualmente, ese cargo está limitado a 10% del precio.
"No pueden traer su maleta, ni siquiera pueden consumir la comida, ¿por qué les cobran a los bebés entonces?" preguntó Laura Simon, de 33 años, que volaba desde Sao Paulo hasta Río de Janeiro con su marido y dos hijos ayer por Tam. "Viajar con niños es difícil", dijo, acunando a su bebé de 4 meses en los brazos mientras el segundo saltaba en el asiento a su lado.
La ofensiva a favor de los cargos por los niños que viajan en la falda demuestra que las aerolíneas brasileñas están empezando a cuestionar las normas de protección al consumidor que convirtieron desde hace tiempo al país más grande de América Latina en uno de los lugares para volar más complacientes con los pasajeros.
Los precios locales se desplomaron desde que fueron desregulados en 2001, pese a que el Gobierno mantiene la prohibición para las tarifas por otros servicios, como las piezas de equipaje, que son comunes en los Estados Unidos y en otras partes.
En la próxima revisión de algunas regulaciones por parte de la agencia estatal de aviación se incluirá una propuesta para eliminar el límite a las tarifas para viajes en la falda.
Después de reunirse con las aerolíneas y los grupos de defensa del consumidor, la agencia Anac está trabajando en un borrador "en virtud de la libertad tarifaria" que será sometido a la opinión pública en los próximos meses…