Los datos del ejercicio finalizado el 31 de marzo de 2019 son simplemente increíbles: la facturación aumentó un 32 por ciento, hasta los 3.143 millones de libras (2.380 el año anterior); los beneficios operativos subieron un 61 por ciento y antes de impuestos un 36 por ciento, hasta los 177 millones de libras.
El accionista se lleva un 36 por ciento más por acción. Aquí no hay subida de combustibles, ni ‘brexit’, ni miedo del consumidor. Este año, la devaluación de la libra le ha hecho perder 2.6 millones, contra los 20 millones que ganó en 2018 por este concepto, pero eso no se nota en el balance final.
Jet2, la que un día fuera una pequeña aerolínea regional británica, se está convirtiendo en una máquina de hacer dinero, inmune a las crisis, compitiendo cara a cara con los grandes, ganando todas las batallas, ofreciendo el producto básico de siempre, sin más secreto que dar las cosas como se esperan.
Analizando las cifras del año, no hay forma de encontrar algo negativo: los viajeros de sólo avión llegaron a los 6,5 millones (un 21 por ciento más) y los viajeros de paquetes turísticos, vía Jet2holidays, subieron un 27 por ciento hasta los 3,17 millones (Los misterios de la tour operación).
Jet2, como todas las aerolíneas y sobre todo las que están vinculadas tan acusadamente al negocio vacacional, detectan “presiones en los costes en relación al combustible y otros cargos que, junto con la necesaria inversión en productos y operaciones, incluyendo mejorar salarios para evitar la pérdida de plantilla, son dificultades a las que nos enfrentamos”. Pero sin embargo, mantienen el optimismo…