INDUSTRIA AERONÁUTICA

Las aerolíneas innovan para superar el problema del peso

El hallazgo de nuevas formas de aligerar la flota global se ha convertido en una obsesión para la industria aeroespacial de cara a la próxima generación de aviones, que se espera que empiece a volar antes de 2030.

Hace unos años, la aerolínea japonesa ANA pidió a los pasajeros que fuesen al baño antes de coger sus vuelos. El razonamiento era que si todos los pasajeros seguían este consejo, se aligeraría la carga del avión y los motores consumirían menos combustible.

La prueba sólo duró un mes, pero puso de relieve la obsesión de la industria aeroespacial con el peso. El lastre es uno de los tres factores más importantes, por detrás de la aerodinámica y el rendimiento del motor, que afectan a la eficiencia de un avión. Menos carburante implica emisiones de CO2 más bajas, y ahorros en un coste operativo importante para las aerolíneas.

El hallazgo de nuevas formas de aligerar la flota global se ha convertido en una obsesión para la industria aeroespacial de cara a la próxima generación de aviones, que se espera que empiece a volar antes de 2030.

En octubre, los gobiernos cerraron el primer acuerdo global sobre el cambio climático para la industria de la aviación, que representa el 2% del total de emisiones de CO2. Teniendo en cuenta que se prevé que el número de pasajeros aumente de 3.600 millones el año pasado a 16.000 millones en 2050, según la Asociación Internacional del Transporte Aéreo (IATA), se está analizando hasta el último aspecto de la aviación para reducir las crecientes emisiones.

«Quitar 454kg de peso a un motor equivale a un 1% de combustible. Supone un importante ahorro económico, pero también es bueno para el clima», explica Ric Parker, ex director de investigación y tecnología de Rolls-Royce y presidente en la actualidad de la iniciativa Clean Sky de la UE. «Todo lo que se pueda hacer para reducir el peso es bueno».

El uso de nuevos materiales, como el polí­mero reforzado con fibra de carbono, ha permitido reducir enormemente el peso. Los materiales compuestos fueron introducidos en 1985 en la aleta caudal de aviones como el Airbus A310 de fuselaje ancho. Hoy en día, Boeing y Airbus han abierto de nuevo el camino a la innovación en sus últimos modelos de fuselaje ancho, el 787 y el A350. Prácticamente la mitad de estos aviones están fabricados en plástico reforzado con fibra de carbono y otros materiales compuestos. Boeing presume de que el 787, cuyo modelo más pequeño pesa 161 toneladas, ofrece un ahorro de peso del 20% con respecto a su equivalente en aluminio…

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