La Asociación de compañías españolas de transporte aéreo (ACETA), la patronal que representa a las aerolíneas españolas, ha pedido reformas a la Unión Europea para poner fin al «caos» generado por las huelgas de controladores en Europa, entre las que se encuentra un recorte del número de centros de control en el continente.
La intención de esta medida, apunta ACETA es homogeneizar el número de centros de control aéreo a un esquema como el de Estados Unidos, «más eficiente que el fragmentado espacio aéreo europeo», como muestra el hecho de que, «con similares dimensiones y un único proveedor de servicios de navegación aérea, gestione un 57% más de vuelos que Europa».
Otras de las medidas propuestas es la ampliación del período mínimo de notificación de seguimiento de huelga en el control aéreo, que para la patronal de las aerolíneas contribuiría a mitigar el impacto de las mismas en la gestión del tráfico aéreo, estableciéndose un período mínimo de preaviso en Europa de 21 días.
ACETA también aboga por que las instancias europeas habiliten procedimientos de arbitraje que minimicen la conflictividad laboral y contribuyan a reducir posibles convocatorias de huelgas en el control del espacio aéreo.
Por último, las aerolíneas defienden que se garantice el sobrevuelo en aquellos países donde los controladores aéreos cesen su actividad, así como un avance en la en la liberalización de los centros de control y la aceleración de la consecución del ‘Cielo Único Europeo’, que persigue «una gestión más eficiente del tráfico aéreo con trayectos más directores y, por tanto, con menor consumo de combustible, menos costes y menos emisiones, entre otros beneficios».
UN «CAOS» EN EUROPA
ACETA afirma que propone estas medidas ante su «temor» a un aumento de las huelgas de controladores aéreos en Europa, una situación, advierten, que se tornaría «caótica» si de cara al verano persisten estos paros.
«Esta situación se agravaría aún más si los trabajadores del control aéreo de Barcelona deciden ir a la huelga en julio como amenazan», añaden las aerolíneas, que señalan que los trabajadores del Centro de Control de Marsella han vuelto a parar este fin de semana, causando «un grave perjuicio» en el tráfico aéreo en España, con especial incidencia en Madrid, Cataluña y Baleares.
«En lo que llevamos de año se contabilizan 26 días de huelgas intermitentes en distintos países europeos, especialmente en Francia (un 300% más que en 2017), con más de 5.000 vuelos cancelados y millones de pasajeros afectados», explica la patronal española de las aerolíneas.
Asimismo, aseguran que las huelga está teniendo «efectos devastadores» para los viajeros, la actividad turística y la economía en Europa, así como para ellos mismos. «Y la situación se está agravando», aseguran.
Así se desprende, apuntan, del último informe de Eurocontrol correspondiente al mes de mayo, que refleja un empeoramiento en las incidencias en el tráfico aéreo respecto a abril, con un incremento en la acumulación de retrasos en los vuelos de hasta un 124%, un 176,5% más que hace un año.
«El preocupante aumento de regulaciones e incremento de esperas en vuelo y en tierra como consecuencia de estos paros tiene un impacto directo en la cuenta de resultados de las compañías aéreas», lamenta ACETA, que señala que en muchos casos «se ven obligadas» a sortear el espacio aéreo en huelga desviando sus rutas, lo que se traduce en trayectos más largos y, por tanto, en un mayor consumo de combustible y más costes, coincidiendo en un período con el precio de carburante al alza…