A partir de los atentados del 11 de septiembre de 2001 los viajeros enfrentan numerosos controles para tomar un avión, especialmente si su destino está en EU
De acuerdo a especialistas, son medidas extremas, pero necesarias.
Las medidas pueden comenzar desde el momento en que se reserva el boleto de avión, ya que los datos del pasajero pueden cotejarse con el sistema de información anticipada, el cual registra a las personas no admisibles en Estados Unidos.
Incluso algunas líneas aéreas avisan el destino del viajero en caso de resultar sospechoso.
Además, a petición de la Administración de Seguridad en el Transporte de Estados Unidos, el viaje puede negarse a quien compre su boleto unas horas antes de salir y regrese el mismo día, lo pague en efectivo o use zapatos de tacón grueso. De no tomarse esas medidas, argumenta la TSA, el riesgo repercute en el país de salida y de llegada.
Incluso, por acuerdo de las aerolíneas, desde el pase de abordar se pueden poner una marca a los boletos de pasajeros sospechosos, para que estos sean revisados en los módulos de control establecidos a unos cuantos pasos de subir a la aeronave.
Antes de abordar el avión, los usuarios están obligados a pasar su equipaje de mano por los escáneres de seguridad y en su caso quitarse los zapatos y cinturones para someterse a detectores de metales.
Sin embargo, ahora ya se puede llevar en el equipaje de mano líquidos como geles aerosoles o de higiene persona, en envases no superiores a 100 mililitros, una medida prohibida establecida en 2001 y desechada en 2010.
Aunque las polémicas en las principales terminales aéreas de Estados Unidos se instalaron 317 escáneres corporales, que pueden ver y detectar hasta el mínimo objeto a través de la ropa o detectar residuos de explosivos en la piel…
