La primera variable es problemática pero posible. La imagen de marca de una compañía es uno de sus activos más valiosos, lo que la identifica ante el público, pero cuando esta imagen ha sido empañada por los dos desastres mencionados, cae en picado su valor. La pregunta, sin embargo, es si bastaría un cambio de marca para borrar de la mente colectiva del público ambas catástrofes.
La segunda es más peliaguda, pues ¿quién querría invertir en una aerolínea que se dirige a la bancarrota y pierde clientes a diario? El hecho de que el segundo desastre no sea responsabilidad de la compañía, sino del conflicto bélico que arde en Ucrania, no quita hierro al asunto para los posibles inversores.
Con todo, el director comercial de la empresa, Hugh Dunleavy, afirmó al diario The telegraph estar convencido de que las aerolíneas puede resurgir como ave Fénix de sus cenizas, a partir de los cambios. Se buscan nuevos inversores como podrían ser los provenientes de Singapore Airlines y Thai Airways, dos de las compañías de las cuales es competidor tradicional.
Pérdidas de valor en mercado
El optimismo de Dunleavy está signado negativamente por la pérdida de un 35% del valor de la empresa en el mercado, y Bloomberg News calcula que se requeriría una inversión de más de 600 billones de dólares para seguir a flote en el 2015. Eso, contando con que su público habitual decidiera seguir volando con ellos, pero está perdiendo el apoyo del gobierno malasio y la demanda del mercado chino.
El gobierno malasio, que posee el 69% de la aerolínea a través del fondo soberano, aunque estudia el cambio de marca para que la compañía sobreviva, ya advirtió que dejaría de inyectar dinero hasta que las cuentas cuadrasen. Por tanto, según expertos, los cambios no deberían ser sólo cosméticos, sino que incluirían fuertes reducciones salariales y nueva dirección.
Ni siquiera se especula aún quiénes serían esos nuevos directivos, capaces de poner las manos sobre el clavo ardiendo en que se ha convertido la compañía. Los consultores especializados dan por hecha la quiebra técnica, aunque se aplicase el cambio de marca.
Las pérdidas económicas se cuantifican en centenares de millones y con la baja en valor de bolsa, las ventas de billetes vuelven a hundirse como sucedió con el primer desastre del Boeing 777 que volaba hacia China.
A este bombardeo económico se suman otros temas igualmente explosivos: los problemas de costes que arrastra Malaysia Airlines desde hace años, con una factura de combustible que crece a un ritmo del 40%. En números redondos, todo esto significa que pierde unos dos millones de dólares diarios. Semejante sangría puede llevar a cualquier compañía al borde de la bancarrota.
Por otro lado, el cambio de marca también está resultando polémico, pues la compañía, fundada en 1947, es la principal herramienta del país para atraer turismo y éste, a su vez, es su principal industria. Para muchos en el gobierno y las finanzas, es vital que el transportista luzca el nombre del paÃ"¦ pero eso seguiría invocando las tragedias asociadas con las siglas MH.
En este callejón aparentemente sin salida, el plazo de resistencia tiene vida limitada: según la consultora de aviación malasia Endau Analytics, las reservas propias de Malaysia Airlines le alcanzarían para soportar unos seis meses más en esa situación. Más allá de ese plazo las perspectivas son negras: quiebra o transferencia a manos privadas, tal vez a una de esas financieras que se dedican a comprar compañías en apuros para vender luego sus activos por partes, el más temido canibalismo empresarial.
Cientos de tragedias humanas.
Tras las frías cifras estadísticas y financieras manejadas por los economistas, yacen centenares de tragedias humanas, las de los familiares de los fallecidos en el vuelo de Ucrania y de los desaparecidos en el del océano austral, especialmente estos que aún viven con la incertidumbre de que puedan recuperarse los cuerpos.
El gobierno de Malasia había prometido que no dejaría piedra sin mover, pero el tiempo pasa y las expectativas disminuyen en proporción inversa. Mientras, la línea aérea ya ha entregado 50 mil dólares a algunas familias como compensación, aunque no hay dinero que pueda aliviar la angustia por la desaparición de sus seres queridos.
A casi cinco meses de la tragedia, en templos de toda Asia aún acuden personas para rezar por sus familiares, algunos esperando que se les encuentre alguna vez. Pese a todos los esfuerzos internacionales desplegados en la búsqueda, no se ha podido recuperar a ningún pasajero, aunque aún hay quien se aferra a la esperanza.
Cuenta la leyenda que eso fue lo único que quedó en la caja de Pandora, la Esperanza. Pero el depósito de males que abrieron los vuelos MH370 y MH17, seguidos por el más reciente de Switftair se ha extendido por la industria aeronáutica con más rapidez que los de cualquier mitología, y van desde la puesta en entredicho de la seguridad aérea hasta la falta de confianza de las compañías en los informes de las autoridades nacionales de zonas en conflicto.
Extrañas especulaciones conspirativas
Sin embargo, la naturaleza humana siempre consigue sorprendernos, esta vez y nada menos que con las más extrañas teorías conspirativas alrededor de ambos siniestros. Por absurda que parezca la idea, hay quienes sostienen que el avión del vuelo MH370 y el del MH17"¦ son el mismo aparato.
Al parecer, el misterio en que ha quedado envuelta la desaparición del MH370, que del que aun no se ha dado una explicación satisfactoria, ha alimentado diversas especulaciones y poco después del desastre del MH17, no tardó en surgir la más peregrina de ellas, que el avión desaparecido es el mismo cuyos restos se están recogiendo en Ucrania.
La aeronave derribada en Ucrania era un Boeing 777-200 y su matrÃcula M9-MRD, mientras que el MH17 también era de igual marca y modelo, con matrÃcula M9-MRO. Cuando desapareció el MH370, hubo teorías de que el avión había sido secuestrado, ya sea por terroristas e inclusive abducido por extraterrestres.
Como ejemplo, puede citarse el portal de internet "Human Are Free", conocido por publicar temas polémicos, desde la agenda de los "Illuminati" hasta cómo "conectarse" con todas las cosas vivas, que en un artículo titulado "Las casi imposibles coincidencias entre el MH370 y el MH17", especula sobre la existencia de un mismo avión en ambas catástrofes.
Otra versión aún más alucinante cita a un "alto comandante de las autodefensas al este de Ucrania," de la cual se hizo eco la Associated Press, sugiriendo que muchas vÃctimas podrían haber muerto días antes que el avión despegara, deduciendo que los cadáveres en el lugar del accidente podrían ser los de los pasajeros del MH370.