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Editorial ALN: Alberto Santos Dumont, un brasileño casi Dios

Corría el año 1903 en Río de Janeiro, Brasil. Las estrofas de "La conquista del aire" ya tomaban forma por la pluma y creación del cantante y compositor brasileño Eduardo das Neves. Un homenaje a un compatriota estaba por nacer:

Y es que gracias a las hazañas efectuadas por Alberto Santos Dumont, das Neves alcanzó la inspiración y escribió aquella marcha que hoy recuerda a un gran héroe de la aviación.

Si bien a Santos Dumont siempre le llamó la atención las hazañas aéreas y los globos, con los años desistiría de éstos y los reemplazaría por aeronaves.

Tal fue el éxito que tuvo con los vuelos de sus globos dirigibles, que ni siquiera el Premio Deutsch le quedó chico. Este reto consistía en partir del Parque Saint Cloude, rodear la Torre Eiffel y regresar al punto inicial. ¿La particularidad? No tardar más de 30 minutos ni tener ningún tipo de auxilio en tierra. Varios intentos le dieron el favor y el Aeroclub de Francia lo nombró vencedor.

Su momento de máxima gloria llegó un 23 de octubre de 1906. A bordo de un pequeño aeroplano 14-Bis (de invención propia), en el campo de Bagatelle, Francia, Alberto voló alrededor de 70 metros y a una altura cercana a los dos metros. Con la Copa Archdeacon se lo premió por haber realizado el primer vuelo controlado de la historia.

Sin embargo, a los hermanos Wright se les considera los primeros en realizar esta hazaña, tres años antes que Santos Dumont.

Hazaña que, pese a las discrepancias que aún puedan existir, convierte a Alberto Santos Dumont en uno de los tantos pioneros de la aviación a nivel mundial, y en un casi Dios, tal como lo plasmó das Neves en su obra musical.

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