Su querido Buenos Aires lo vio nacer un 27 de mayo de 1875. También lo vería crecer y desarrollarse como profesional al compás del tango, estilo musical cuyas canciones más tarde recordarían su nombre, el de Jorge Newbery.
De vasta experiencia, Newbery fue un famoso piloto e ingeniero electricista argentino, llegando a convertirse en uno de los primeros aviadores iberoamericanos. El deporte fue una de sus tantas pasiones; destacó en las especialidades del boxeo, esgrima y automovilismo, entre otros.
Sin embargo, si había algo que conquistara por completo el alma de este hombre, aquello era volar. No podía existir algo mejor que viajar junto a los pájaros por el aire y sentirse dueño del universo.
Después de conocer al aviador brasileño Alberto Santos Dumont, las ansias de conquista de Jorge Newbery aumentaron, y floreció una pasión que lo acompañaría hasta el final de sus días.
En 1907, Newbery vivió su primera experiencia arriba de un globo, "El Pampero"; cruzó el Río de la Plata en Argentina y aterrizó en la localidad de Conchillas, Uruguay.
Las ganas por dominar y conquistar los cielos no cesaron. El 5 noviembre de 1912, el aviador bonaerense logró un récord sudamericano de altura. Junto al teniente primero Raúl Goubat y el teniente de navío Melchor Escola, volaron el globo "Buenos Aire" hasta una altura de 5.100 metros.
El 1 de marzo de 1914, fue el día en que el cielo presenció el último vuelo de este piloto, a la edad de 38 años. Durante una demostración de lo que sería su cruce por la Cordillera de Los Andes, su avión cayó en un campo de aviación de la ciudad de Mendoza, Argentina.
Hoy, numerosos tangos -entre ellos Corrientes y Esmeralda-, películas (Más allá del sol, 1975) y un aeroparque de Buenos Aires recuerdan el nombre de Jorge Newbery. También toda una nación.